Tres hombres declarados culpables del brutal homicidio de tres niños en Arkansas en 1993 fueron puestos en libertad el viernes. Damien Echols, Jason Baldwin y Jessie Misskelley Jr., conocidos como “los tres de West Memphis”, aceptaron un extraño acuerdo por el que sostienen su inocencia pero se declaran culpables del homicidio y el Estado de Arkansas los reconoce como asesinos de niños suficientemente inofensivos como para ser liberados. Los hombres fueron condenados por los asesinatos luego de una investigación impulsada en buena medida por rumores no demostrados acerca de ritos satánicos. Baldwin y Misskelley fueron sentenciados a cadena perpetua y Echols a pena de muerte. Con los años, el caso se transformó en una causa célebre, con críticos argumentando que los hombres habían sido blanco de acusaciones por no pertenecer a la comunidad. En el año 2007, nuevos estudios forenses de la evidencia en la escena del crimen no revelaron material genético perteneciente a ninguno de los hombres. Damien Echols habló a los periodistas luego de ser liberado del corredor de la muerte.
Echols dijo: “Sabían que no iban a conseguir mucho de lo que consiguieron la primera vez. Sabían que iba a haber mucha gente observando esto, más atención puesta sobre el caso. Por lo tanto, no iban a poder utilizar los mismos trucos. Básicamente, cuando fuimos a juicio la primera vez, aparecieron con cuentos de fantasmas, rumores, insinuaciones, cosas que no tenían nada que ver con el caso. Sabían que ahora el mundo entero estaba observando. No iban a ser capaces de hacer lo mismo, iban a tener que presentar algún tipo de evidencia física concreta y no tenían ninguna, y lo sabían”.