La fuerza de ocupación de Afganistán dirigida por Estados Unidos responsabiliza a la red Haqqani, respaldada por Pakistán, del ataque letal perpetrado en Kabul a comienzos de esta semana. Al menos dieciséis afganos murieron cuando militantes se apoderaron de un edificio que da al complejo que alberga a la embajada de Estados Unidos y el cuartel general de la OTAN. El ataque se prolongó durante veinte horas. El embajador de Estados Unidos en Afganistán, Ryan Crocker, minimizó la importancia del ataque y lo calificó de “acoso”.
Ryan Crocker declaró: “[Los insurgentes] ingresaron al edificio y desde allí nos acosaron con disparos a nosotros y a la ISAF [sigla en inglés de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad, dirigida por la OTAN]. No fue gran cosa realmente, un día difícil para la embajada y mi personal, que se comportó con mucho coraje y dedicación, pero media docena de granadas propulsadas por cohete lanzadas desde una distancia de 800 metros, eso no es la ofensiva del Tet, es acoso. Si eso es lo mejor que pueden hacer, creo que en los hechos es una declaración de su debilidad”.