El llamado de Gaddafi coincidió con una reunión de los representantes de los líderes rebeldes con líderes mundiales en París. Los concurrentes acordaron descongelar los activos libios para que sean utilizados por los rebeldes y continuar con los ataques de la OTAN hasta que se produzca la partida de Gaddafi. El Secretario General de la OTAN Anders Fogh Rasmussen dijo que las fuerzas internacionales seguirán apoyando a los rebeldes.
Rasmussen declaró: “La guerra no terminó. Todavía hay combates, esta es la razón por la que hice hincapié esta noche en que la OTAN debe estar preparada para continuar con nuestra operación el tiempo que sea necesario. Por otro lado, no nos quedaremos ni un día más de lo que sea necesario, queremos terminar con nuestra operación cuando la situación lo permita, pero todavía hay combates y nos sentimos obligados a implementar plenamente el mandato de la ONU de proteger a los civiles”.