La represión del gobierno sirio contra las protestas de la oposición continuaron el miércoles en la ciudad de Homs con la muerte de por lo menos veinte personas. Se considera que el ataque fue uno de los más violentes a la fecha contra un centro urbano durante el levantamiento de Siria. Grupos de defensa de derechos humanos afirman que el régimen del Presidente Bashir al-Assad intensificó su campaña de represión violenta con incursiones militares más frecuentes, asesinatos planificados de líderes de las protestas y miles de detenciones. Las Naciones Unidas estiman que en los últimos tres meses murieron por lo menos 2.200 personas. En las Naciones Unidas, la embajadora estadounidense Susan Rice exhortó a dar una nueva amonestación internacional al gobierno de Assad.
Rice dijo: “Ya es tiempo de una firme resolución que contenga medidas significativas para aumentar la presión sobre el régimen de Assad. Y estamos trabajando con socios de Europa y de otras partes para llegar al final. Creemos que hay una base sólida de apoyo para medidas adicionales. Todavía no hay unanimidad y obviamente hay algunos países que prefieren ir despacio con respecto a determinadas medidas”.