Ese mismo día, Gingrich había recibido un nuevo impulso luego de que el ex gobernador de Texas Rick Perry abandonara la contienda electoral y le diera su apoyo.
El gobernador Perry declaró: “Al contemplar el futuro, llegué a la conclusión de que no hay un camino viable para mí en esta campaña de 2012. Por eso, en el día de hoy estoy suspendiendo mi campaña y respaldando a Newt Gingrich para que se convierta en el Presidente de los Estados Unidos. Creo que Newt es un conservador visionario que puede transformar nuestro país. Hemos tenido nuestras diferencias, que son inevitables en las campañas, y Newt no es perfecto, ¿pero quién de nosotros lo es?”.
En un principio, Perry fue considerado como favorito, pero se vino abajo en la votación luego de una serie de debates en los que tuvo un pobre desempeño, por ejemplo, cuando no pudo recordar una de las tres agencias gubernamentales que había prometido abolir si resultaba electo.