Las autoridades arrestaron a un hombre bengalí de 21 años de edad que según afirman estaba intentando hacer estallar el edificio de la Reserva Federal en Nueva York, con explosivos falsos que le proporcionaron como parte de un complejo operativo encubierto. Funcionarios afirman que Quazi Nafis creía que estaba detonando 450 kilos de explosivos. El miércoles, el Jefe del Departamento de Policía de Nueva York, Ray Kelly, sostuvo que Nafis había llegado a Estados Unidos para cometer “algún tipo de guerra santa”.
Kelly declaró: “Este individuo vino aquí con el objetivo de cometer un acto terrorista. Vino en enero de este año, obtuvo una visa de estudiante con la excusa de ser estudiante de una universidad de Missouri y vino aquí nuevamente con la finalidad de cometer algún tipo de guerra santa en Estados Unidos. Fue a la Bolsa de Valores de Nueva York y vio que había mucha seguridad allí, entonces cambió su objetivo al Banco de la Reserva Federal”.
Nafis fue acusado de conspirar para utilizar armas de destrucción masiva y de brindar apoyo material a Al Qaeda. Podría ser condenado a cadena perpetua. Las autoridades argumentaron que intentó hacer contactos y formar una célula terrorista para realizar un ataque, pero una de las personas que reclutó era un informante del FBI que luego se lo presentó a un agente encubierto del organismo. El FBI afirmó que había controlado “toda la operación” para garantizar la seguridad pública, una afirmación que hizo surgir el fantasma de que se lo incitó a cometer un delito. En el pasado, el FBI ha sido acusado de ayudar y de incitar a sospechosos de terrorismo a cometer delitos, que de otro modo no hubieran podido cometer por sí solos. Un artículo publicado el año pasado en la revista Mother Jones examinó más de 500 casos vinculados al terrorismo y halló que prácticamente la mitad de los procesamientos implicaban el uso de informantes, muchos de ellos con el incentivo de recompensas en efectivo.
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