La crisis política en Egipto se está profundizando a medida que los críticos del Presidente Mohammed Morsi continúan oponiéndose a su iniciativa de realizar un referéndum sobre la Constitución, aprobada por un panel dominado por islámicos. Morsi le concedió facultades al ejército para arrestar personas y le ordenó que protegiera las instituciones del Estado antes de la votación programada para el 15 de diciembre. Al menos siete personas murieron en enfrentamientos y cientos de miles salieron a las calles desde que Morsi se otorgó amplios poderes mediante un decreto emitido el mes pasado. En un intento de calmar la creciente agitación social, Morsi renunció el domingo a la mayoría de las disposiciones del decreto. Sin embargo, la medida no evitó que sus opositores convocaran un boicot al referéndum y una nueva ronda de protestas masivas a partir del martes. El director del Colegio de Abogados de Egipto habló el domingo en nombre del principal grupo de la oposición.
Sameh Ashour declaró: “El Frente de Salvación Nacional anuncia su firme rechazo al referéndum programado para el 15 de diciembre y afirma su oposición a un referéndum que seguramente aumentará los conflictos y las divisiones”.