Las negociaciones acerca de evitar el denominado “precipicio fiscal” se han estancado. Tanto el Presidente Obama como el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, rechazaron las propuestas del otro. En la Casa Blanca, Obama le dijo a periodistas que cree que los republicanos continúan guardándole resentimiento y que se oponen a sus planes “solamente por el gusto de hacerlo”. Obama prometió vetar el último plan republicano de comenzar a cobrar impuestos a los hogares con ingresos anuales superiores al millón de dólares, en lugar de los que tienen ingresos a partir de 400.000 dólares, como propuso recientemente la Casa Blanca. También se opuso a cualquier intento de vincular el precipicio fiscal con el techo de la deuda, como hicieron los republicanos el año pasado.
El Presidente Obama declaró: “No negociaré sobre el techo de la deuda. No vamos a jugar el mismo juego que presenciamos en 2011, que fue muy destructivo. Si van a Wall Street, si hablan con un montón de personas que gastaron mucho dinero en tratar de derrotarme, dirían que sería desastroso para nosotros utilizar el techo de la deuda como arma para intentar lograr apoyo político en Capitol Hill. De modo que no haremos eso”.