El Presidente Barack Obama tiene previsto reunirse con líderes del Congreso en la Casa Blanca a solo tres días de fin de año, vencimiento del plazo para evitar el denominado precipicio fiscal. De no alcanzarse un acuerdo, entrarán en vigencia automáticamente recortes de gastos y aumentos de impuestos por 600.000 millones de dólares. Obama y congresistas republicanos permanecen en un estancamiento luego de que los republicanos rechazaran un aumento de impuestos, incluso para los estadounidenses más ricos. El jueves, el líder de la mayoría del Senado, Harry Reid, acusó al Presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, de estar reteniendo el acuerdo.
El senador Reid afirmó: “No creo que el pueblo estadounidense pueda entender que la Cámara de Representantes funcione sin la Cámara de Representantes. Está funcionando con una dictadura del Presidente [Boehner] que no permite a la gran mayoría de la Cámara de Representantes lograr lo que quiere”.
Para sumar al escenario de urgencia en que se desarrollan las negociaciones, el Secretario del Tesoro Timothy Geithner advirtió esta semana que Estados Unidos no podrá pagar a sus acreedores a partir del lunes, a menos que se extienda el límite de crédito.
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