Israel rechazó la condena internacional de sus recientes planes de expandir uno de los principales asentamientos en la zona de los territorios ocupados de Cisjordania. El lunes, cinco países (Gran Bretaña, España, Suecia, Francia y Dinamarca) convocaron a sus embajadores en Israel para protestar contra el plan de ese país de construir 3.000 nuevos asentamientos y ampliar la zona del asentamiento “E1” que divide a Cisjordania en dos. La construcción de “E1” había sido postergada desde hace mucho tiempo luego de las objeciones planteadas por Estados Unidos durante el gobierno del Presidente George W. Bush. Sin embargo, Israel afirma que reanudó las obras allí en respuesta directa a la votación de la semana pasada en las Naciones Unidas que reconoció a Palestina como Estado observador no miembro. A pesar de haber condenado duramente a la Autoridad Palestina por promover la votación, el gobierno de Obama adoptó un enfoque menos intervencionista con respecto a la expansión de los asentamientos israelíes. En Washington, el portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, describió la construcción de asentamientos como “contraproducente”.
Mark Toner declaró: “Saben que consideramos que este tipo de decisiones unilaterales son contraproducentes y dificultan la reanudación de las negociaciones directas. Es decir, obviamente que seguiremos consultando a nuestros aliados y socios acerca de cómo lograr que ambas partes regresen a la mesa de negociaciones, pero creo que nuestra respuesta es similar a la suya, es decir, no es el tipo de medida que hace falta”.
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