La carrera del Gran Premio de Fórmula Uno se realizó el domingo en Bahréin en medio de manifestaciones a favor de la democracia y en contra del gobierno bahreiní, que cuenta con el apoyo de Estados Unidos. Los activistas afirmaron que la policía lanzó gases lacrimógenos para detener las manifestaciones en varios poblados chiíes alrededor de Manama después de la carrera. Un equipo que trabaja para el Canal 4 británico fue arrestado y se informó que el conductor fue atacado por la policía. El sábado un activista llamado Salah Abbas Habib murió luego de haber sido golpeado por la policía. El gobierno bahreiní se negó a entregarle el cuerpo a la familia.
Hadi al Mousawi, un activista bahreiní de derechos humanos, declaró: “No quieren entregar el cuerpo hoy porque habría dos sucesos en lugar de uno: la Fórmula Uno y el funeral. No quieren que se distraiga la atención del mundo, ya que mucha gente asistiría”.