Afganistán y Estados Unidos llegaron a un acuerdo el domingo para restringir las redadas nocturnas en los hogares afganos, que le dio a Afganistán el poder de vetar las operaciones y allanó el camino para un pacto más amplio que extienda la presencia de Estados Unidos en Afganistán. En virtud del acuerdo, las autoridades afganas tendrán control sobre los prisioneros capturados durante las redadas nocturnas y decidirán si permitirán o no acceso a oficiales estadounidenses para que interroguen a los detenidos. Un juez afgano debería, a su vez, otorgar una orden que apruebe las operaciones.
John Allen, comandante de la OTAN en Afganistán, afirmó: “Hoy estamos un paso más cerca del establecimiento de una asociación estratégica entre Estados Unidos y Afganistán. Lo más importante es que hoy estamos más cerca de lograr nuestra meta y visión comunes de que Afganistán sea un país seguro y soberano. Juntos cumpliremos esa visión”.
Muchos habitantes afganos criticaron el acuerdo porque no pone fin a las redadas nocturnas.
Nazar Mohammad declaró: “No queremos que ninguna fuerza ingrese a nuestros hogares durante la noche, ni las fuerzas estadounidenses ni las fuerzas afganas. Si realmente necesitan inspeccionar los hogares, deben venir antes y obtener un permiso y luego ingresar a los hogares”.