El gobierno de Obama está recibiendo al príncipe bahreiní Salman bin Hamad al-Khalifa en Washington al mismo tiempo que el régimen bahreiní promete una represión aún más severa contra los manifestantes opositores al gobierno. La Secretaria de Estado, Hillary Clinton, apareció junto a al-Khalifa y no mencionó directamente la represión de las manifestaciones, sino que únicamente hizo referencia a los “asuntos internos” de Bahréin.
Hillary Clinton declaró: “Bahréin es un aliado valioso de Estados Unidos. Somos socios en muchos asuntos importantes que nos preocupan a ambos países y también a la región y al mundo. Estoy deseando tener la oportunidad de hablar con su alteza real sobre una cantidad de asuntos tanto internos como externos de Bahréin y poder comprender mejor los esfuerzos actuales que está haciendo el gobierno de ese país. Entonces, nuevamente, su alteza real, bienvenido a Estados Unidos”.
Clinton realizó los comentarios un día después de que el gobierno bahreiní prometiera aumentar la represión contra los manifestantes opositores al gobierno. Un portavoz del gobierno bahreiní le dijo a Reuters: “Estamos investigando a los responsables y a quienes usan a la prensa, los medios de difusión y las redes sociales para alentar las manifestaciones ilegales y la violencia en todo el país. Si hacer cumplir la ley significa tomar medidas más severas, entonces será lo que haremos”. La advertencia se dio días después del arresto de un conocido activista de derechos humanos bahreiní, Nabeel Rajab. En una declaración, Amnistía Internacional dijo que Rajab es “prisionero de consciencia” y solicitó su liberación inmediata. Otro destacado activista, Abdulhadi Alkhawaja, ha estado en huelga de hambre desde hace tres meses para protestar contra su condena a cadena perpetua. Bahréin es un aliado fundamental del gobierno de Estados Unidos, que alberga la Quinta Flota de la Armada de Estados Unidos.
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