Israel acorraló a docenas de inmigrantes, en su mayoría africanos, en una barrida coordinada para iniciar deportaciones. Cerca de 240 personas fueron detenidas en los últimos días y otras 300 habrían acordado ser deportadas voluntariamente. La redada desencadenó acusaciones de racismo por apuntar principalmente a personas de origen africano. En una concentración en Tel Aviv, el africano Guy Joseph, que vive en Israel, dijo que los inmigrantes enfrentan la represión dentro de ese país.
Joseph dijo: “Nos estamos manifestando para luchar por los derechos de los refugiados porque en las últimas dos semanas los israelíes comenzaron a atacarlos en la calle. Y estamos en contra de la violencia; ya tuvimos bastante violencia en nuestros países de origen y buscamos un lugar seguro donde podamos ejercer nuestros derechos”.
Además de la redada, Israel ha suscitado críticas por una reciente ley que permite la detención sin cargos de inmigrantes por hasta tres años. En una declaración, la organización de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch afirmó que la medida “castiga a los refugiados e infringe el derecho internacional”.
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