Activistas sirios informan sobre una nueva masacre como parte de una ola de violencia en los bastiones rebeldes cerca de la capital siria, Damasco. Se informó que al menos 51 personas han muerto y muchas resultaron heridas en el barrio residencial de Damasco, Douma. Los activistas sostienen que se hallaron los cadáveres descuartizados de veinte miembros de la misma familia luego de un ataque salvaje de la milicia favorable al gobierno. Otras diez personas murieron en un puesto de control cuando intentaban huir. En una entrevista con la televisión estatal iraní, el Presidente sirio Bashar al-Assad prometió continuar la represión a pesar de la presión internacional para que renuncie.
El Presidente sirio declaró: “La presión internacional no influirá en mi postura. Hemos sido presionados durante mucho tiempo en el pasado sin ningún efecto y las presiones tampoco tendrán efecto en el futuro”.