Decenas de personas murieron durante el último ataque perpetrado por el régimen del Presidente sirio Bashar al-Assad contra un baluarte rebelde. Al menos 30 personas, entre ellas niños, perdieron la vida el miércoles cuando aviones de combate sirios bombardearon la localidad de Azaz, controlada por los rebeldes, en la frontera con Turquía. Según se informó, al menos diez viviendas fueron destruidas durante el ataque. En declaraciones efectuadas para la BBC durante su visita a Siria, la responsable de ayuda humanitaria de la ONU, Valerie Amos, expresó que la situación en el lugar empeora.
Valerie Amos declaró: “Estuve aquí en marzo y es claro que la situación ha empeorado desde entonces. A fines del mes de marzo evaluamos que cerca de un millón de personas necesitaban ayuda. En las discusiones que mantuve con el gobierno ayer, quedó claro que esa cifra se ha incrementado significativamente”.