La capital siria, Damasco, sufre el peor momento del enfrentamiento entre las fuerzas del gobierno sirio y los rebeldes en lo que va del mes. Al menos 40 personas murieron el miércoles en un bombardeo del gobierno y en ataques en los distritos del sur de la ciudad. La violencia coincidió con la salida de Siria de los últimos observadores internacionales luego de que la misión de la ONU llegara a su fin. La directora de ayuda humanitaria de la ONU, Valerie Amos, lanzó el miércoles un nuevo pedido de ayuda internacional.
Valerie Amos declaró: “También estoy muy preocupada de que ninguna de las partes del conflicto cumpla con el derecho humanitario internacional que establece normas claras sobre la protección de civiles. Este conflicto ha adquirido un cariz particularmente brutal y violento. Todos hemos visto imágenes perturbadoras en las pantallas de nuestra televisión y quienes están atrapados en medio de esto son mujeres, hombres y niños comunes y corrientes”.
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