En noticias sobre la campaña electoral, el candidato republicano Mitt Romney reveló un nuevo plan que modificaría radicalmente la política energética del país. El jueves, Romney llamó a poner fin a una regulación federal de perforación de petróleo, gas y minería de carbón en tierras del gobierno, vigente desde hace mucho tiempo, y en cambio propuso que se trasladara la responsabilidad a los estados. La medida sería una gran victoria para las empresas de gas y petróleo, ya que los estados tienen mecanismos regulatorios más débiles que el gobierno federal. Romney también prometió la rápida aprobación del oleoducto Keystone XL, que transportaría arenas alquitranadas de Canadá a la Costa del Golfo. El candidato habló en Nuevo México, donde dijo que el plan llevaría a Estados Unidos a lograr independencia energética.
Mitt Romney declaró: “No se trata solamente de un asunto de economía y de puestos de trabajo, de aumentar los ingresos y de crecimiento económico y recaudación fiscal, también se trata de mayor seguridad. Significa que no tendremos que depender de personas a quienes, en algunos casos, no les caemos muy bien. Significa que Estados Unidos podrá ser independiente. Trabajaremos junto a nuestros amigos de México y de Canadá y nos aseguraremos de tener toda la energía que necesitamos para brindar electricidad a Estados Unidos y para asegurarnos de que nuestras fuerzas armadas no tengan que tomar prestada energía de quienes están al otro lado del océano y que quizá no sean nuestros mejores amigos”.
Romney reveló el plan apenas días después de haber aceptado diez millones de dólares del sector de gas y petróleo en dos eventos de recaudación de fondos. Según el New York Times, el personal de Romney redactó un borrador del plan junto con los ejecutivos de la industria energética, entre ellos el magnate multimillonario del sector petrolero, Harold Hamm.
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