Naciones Unidas criticó al régimen de Arabia Saudí, respaldado por Estados Unidos, por la decapitación de una trabajadora temporal de Sri Lanka. Rizana Nafeek, una mucama de 24 años, fue decapitada la semana pasada tras haber sido acusada de asesinar al bebé de sus patrones. Rupert Colville, vocero de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, condenó la ejecución.
Colville manifestó: “Expresamos nuestra profunda consternación ante la ejecución de una joven de Sri Lanka el miércoles en Arabia Saudí. Rizana Nafeek, que llegó a ese país procedente de Sri Lanka para trabajar como mucama en 2005, fue acusada de haber asesinado al bebé de sus patrones una semana después de su llegada. A pesar del certificado de nacimiento, que presuntamente muestra que era menor en el momento de la muerte del bebé, y de las repetidas expresiones de preocupación de la comunidad internacional, fue condenada por homicidio, sentenciada a muerte y decapitada”.