El Presidente sirio Bashar al-Assad promete continuar con la lucha de su gobierno contra los grupos rebeldes, mientras que descarta mantener conversaciones con la oposición armada. En su primer discurso público en seis meses, Assad calificó a los rebeldes sirios de ser una herramienta de la intervención extranjera.
El Presidente sirio Bashar al-Assad* declaró: “Ahora estamos en un estado de guerra en todos los sentidos de la palabra. Estamos enfrentando una guerra externa despiadada. Esta forma de guerra es más fragmentadora y peligrosa que la guerra convencional porque no utiliza su equipo para golpearnos, sino que nos lleva a cumplir sus planes. Esta guerra ataca a Siria utilizando a un puñado de sirios y varios extranjeros. Están tratando de usarla para derribar nuestros árboles y destruir nuestros cimientos, y lamentablemente esto está sucediendo con la ayuda de algunos de los nuestros”.
Assad dijo que estaba abierto al diálogo, pero solo con los grupos de oposición tolerados por el régimen. La aparición del mandatario se produjo días después de que Naciones Unidas informara que la cifra de muertos tras casi dos años de combates en Siria se ubica en aproximadamente 60.000 personas. En la localidad de Aleppo, que está en poder de los rebeldes, un residente sirio dijo que sus compatriotas no confían en Assad.
Este residente afirmó: “Cualquier ciudadano común que haya escuchado su discurso lo oyó pedir a los refugiados que regresen a sus hogares. Al mismo tiempo, dice que nada lo disuadirá de luchar contra el terrorismo. ¿Cómo pueden los ciudadanos volver a sus casas cuando al mismo tiempo las fuerzas de Assad los atacan con misiles y tanques? Hay una gran contradicción en su discurso. Estamos en un punto en el que los ciudadanos no le creen una palabra de lo que dice”.
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