Mientras la Casa Blanca apunta sobre la voluntad de reexaminar la vigilancia estadounidense, los funcionarios superiores de inteligencia defendieron sus operaciones en una comparecencia en Capitol Hill. Hablando ante la Comisión de Inteligencia del Senado, el director de Inteligencia Nacional, James Clapper, dijo que espiar a líderes extranjeros es una práctica estándar.
Clapper afirmó: “Es una de las primeras cosas que aprendí en el instituto de inteligencia en 1963, en el área de inteligencia es esencial saber las intenciones de liderazgo, sin importar de qué nivel; también pueden ser líderes militares”.
En su testimonio, Clapper dijo que la Casa Blanca era informada regularmente sobre la vigilancia que la NSA realiza en el extranjero, aunque no dijo si el Presidente Obama era informado personalmente. Obama ha negado tener conocimiento de que la NSA intervino el teléfono de la Canciller alemana Angela Merkel. En una comparecencia junto con Clapper, el director de la NSA, el general Keith Alexander, desmintió los informes de la prensa sobre la recolección de datos de millones de europeos realizada por la agencia.
Alexander dijo: “Las afirmaciones de los periodistas en Le Monde de Francia, El Mundo de España y L’Espresso de Italia de que la NSA recolectó decenas de millones de llamadas telefónicas son completamente falsas. No recopilamos esta información de ciudadanos europeos. Representa información que tanto nosotros como nuestros aliados de la OTAN han recolectado en defensa de nuestros países y en apoyo a operaciones militares”.
Mientras Clapper y Alexander emitían una postura desafiante, un grupo bipartito de legisladores del Senado introdujo una medida que controlará varias prácticas de la NSA, incluyendo la recolección en masa de registros telefónicos estadounidenses.