El martes se hizo entrega de los Premios Nobel en dos ceremonias realizadas en Suecia y Noruega. La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) recibió el Premio Nobel de la paz por su labor en la destrucción del arsenal de armas químicas de Siria. En su discurso de aceptación, el director de la OPAQ, Ahmet Uzumcu, exhortó a los seis Estados que no son parte la Convención sobre las Armas Químicas, a que la ratifiquen.
Uzumcu dijo: “El consenso internacional sobre la eliminación de las armas químicas en Siria es el mismo que llevó a celebrar la Convención sobre las Armas Químicas. El desafío ahora es persuadir a esos seis países que se mantienen por fuera de la Convención a que la integren, sin demoras o condiciones”.
Los seis países que se mantienen por fuera de la Convención son Israel, Birmania, Angola, Corea del Norte, Sudán del Sur y Egipto. En sus declaraciones, Uzumcu rindió tributo a las víctimas de los ataques químicos.
Uzumcu expresó: “Las armas químicas han evolucionado en el tiempo, con el descubrimiento de nuevos agentes más mortíferos. Sin embargo, cualquiera sea su forma, comparten un objetivo común: generar miedo y sumisión mediante la horrenda naturaleza de su impacto. Muchísimas víctimas, más allá del campo de batalla, son prueba de ello. Al aceptar este premio en nombre de la OPAQ, también rindo homenaje a esas víctimas”.