El lunes fue el día en que se registraron más muertes de soldados estadounidenses en Afganistán en lo que va del año, después de que cinco soldados fallecieron en dos incidentes diferentes. Cinco miembros del servicio estadounidense murieron en un accidente de helicóptero en las afueras de la ciudad de Kandahar. Horas antes, dos soldados estadounidenses murieron de un disparo en un “ataque desde dentro” en una base de las fuerzas de operaciones especiales en la provincia de Wardak, cuando una persona que vestía uniforme militar de Afganistán le disparó a soldados estadounidenses y afganos. Tres policías afganos y dos oficiales del ejército afgano también murieron en el ataque, según información brindada por un alto jerarca policial. El brigadier general Gunter Katz, de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF, por su sigla en inglés), describió el ataque.
Katz declaró: “Puedo confirmar que hoy en Wardak, un afgano que vestía el uniforme de las fuerzas de seguridad nacional de Afganistán les disparó a soldados de la ISAF y de la ANSF [Fuerzas de seguridad nacional afganas], dos de nuestros soldados de la ISAF murieron y otros dos resultaron heridos. También murieron miembros de las fuerzas de seguridad afganas”.
El ataque del lunes ocurrió en Wardak cuando vencía el plazo para que las fuerzas especiales de Estados Unidos se retiraran de la provincia. El Presidente afgano Hamid Karzai había establecido el plazo tras acusaciones sobre la desaparición de nueve habitantes locales.