El ex dictador argentino, el general Jorge Rafael Videla, murió a los 87 años de edad. Videla cumplía condena por el asesinato, la tortura y el secuestro de personas durante la dictadura. Ayudó a dirigir el golpe de Estado que derrocó a la Presidenta Isabel Perón en 1976. Más tarde estuvo cinco años en prisión antes de que se le otorgara un perdón presidencial que lo liberó en 1990. Dos décadas más tarde fue nuevamente juzgado y condenado a cadena perpetua. Estela de Carlotto, del grupo de derechos humanos Abuelas de Plaza de Mayo criticó a Videla por haberse negado a dar información sobre el paradero de quienes desaparecieron bajo su mando, entre ellos los bebés de prisioneros políticos que fueron arrebatados de sus padres biológicos.
Estela de Carlotto dijo: “Nosotros sentimos que es un alivio, pero a la vez también el pesar de que no haya hablado, que no haya contribuido a saber dónde están las 30.000 personas que buscamos y dónde están los 400 nietos que aún las abuelas buscamos y son desaparecidos con vida. No tuvo un rasgo ni una palabra para ayudar, al contrario, reafirmar sus crímenes. Por eso, si alguno quiere llorar puede hacerlo, pero que sepa que no llora a una buena persona. Que llora a un hombre que mató, torturó, robó y violentó la Constitución en todo momento y que, por supuesto, los recuerdos en las páginas de la Historia para este personaje no van a ser buenos, todo lo contrario”.
Videla murió mientras era juzgado por su participación en la Operación Cóndor, un plan coordinado entre las dictaduras militares de América Latina para perseguir a los opositores políticos en la década de 1970 y 1980. Otro ex dictador, Reynaldo Bignone, está siendo juzgado por la misma causa.
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