Siete soldados estadounidenses murieron el sábado en Afganistán, lo que lo convirtió en uno de los días en que se registraron más muertes para la ocupación estadounidense en meses. Un portavoz de la OTAN confirmó las muertes de cinco soldados en uno de los dos ataques.
Gunter Katz declaró: “Con gran pesar debo informarles que hoy murieron cinco soldados estadounidenses en un ataque con un artefacto explosivo improvisado en el sur de Afganistán. Fue una semana muy difícil para nosotros, como dije, cada soldado que muere aquí en Afganistán es demasiado. Pero, reitero, esto no afectará la campaña; seguimos comprometidos y en el futuro continuaremos estando comprometidos con este país para apoyar a los afganos”.
Los otros dos estadounidenses murieron cuando un soldado afgano abrió fuego contra ellos en la provincia de Farah. Fue el último de una serie de “ataques internos” perpetrados por miembros de las fuerzas afganas.