Eduardo Galeano habla sobre su nuevo libro, “Los hijos de los días”

Reportaje08 de mayo de 2013

Uno de los escritores más aclamados de América Latina, Eduardo Galeano, ha sacado un nuevo libro, llamado “Los hijos de los días”, escrito en forma de calendario de la historia humana. El clásico de Galeano “Las venas abiertas de América Latina” fue noticia a nivel mundial cuando el presidente venezolano Hugo Chávez le regaló un ejemplar del mismo al presidente Obama en la Cumbre de las Américas de 2009. Desde su publicación en 1971, “Las venas abiertas de América Latina” lleva vendidos más de un millón de ejemplares en todo el mundo, a pesar de haber sido prohibido en su momento por los gobiernos militares de Chile, Argentina y de su país natal, Uruguay. Mientras estaba en el exilio, luego del golpe de Estado y la toma del poder por parte de la Junta Militar en Uruguay, en 1973, Galeano comenzó a trabajar en su ya clásica trilogía “Memoria del fuego”, que reescribe cinco siglos de historia de América del Norte y del Sur. Vea la segunda parte de esta entrevista (en inglés).

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NERMEEN SHAIKH: Pasamos ahora a uno de los escritores más aclamados en América Latina, Eduardo Galeano. Él es el autor del éxito de ventas “Las venas abiertas de América Latina: Cinco siglos de saqueo de un continente”, que fue noticia cuando el entonces presidente venezolano Hugo Chávez le regaló al presidente Obama una copia de ese libro en la Cumbre de las Américas de 2009. Desde su publicación en 1971, “Las venas abiertas de América Latina” ha vendido más de un millón de copias en todo el mundo, a pesar de estar prohibido en la década de 1970 por los gobiernos militares de Chile, Argentina y en su país natal, Uruguay. En junio de 1973, hace casi 40 años, una junta militar tomó el poder en un golpe de Estado en Uruguay. Eduardo Galeano fue encarcelado brevemente, y luego se fue al exilio. Vivió en Argentina y luego España hasta 1985, cuando regresó a Uruguay. En el exilio, comenzó a escribir su trilogía clásica, Memoria del fuego, que reescribe cinco siglos de historia del América del Norte y de Sur.

AMY GOODMAN: El escritor John Berger dijo de Eduardo Galeano: “Publicar a Eduardo Galeano es publicar al enemigo: al enemigo de la mentira, de la indiferencia y, sobre todo, del olvido. Gracias a él, se recordarán nuestros crímenes. Su ternura es devastadora, su veracidad, furiosa”. Bien, Eduardo Galeano acaba de publicar un nuevo libro; se llama “Los hijos de las días: Un calendario de la historia humana”. Él está de visita en Estados Unidos y nos acompaña aquí en nuestro estudio de Nueva York. Bienvenido de nuevo a Democracy Now!, Eduardo.

EDUARDO GALEANO: Gracias.

AMY GOODMAN: Es un honor tenerlo con nosotros. Vamos a empezar donde usted empezó, con el título de su libro, aunque podría haber elegido el título después de escribir el libro, pero “Los hijos de los días”. ¿Por qué?

EDUARDO GALEANO: Viene de algo que escuché hace años en una comunidad maya en Guatemala. Alguien dijo: “Somos hijos de los días. Somos hijos e hijas del tiempo”. Y esta idea comenzó a tomar forma en mi interior, y que finalmente resultó en este libro. Cada día tiene una historia que merece ser contada, porque estamos hechos de historias. Quiero decir, los científicos dicen que los seres humanos están hecho de átomos, pero un pajarito me dijo que también estamos hechos de historias. Y por lo tanto, cada día tiene algo que contar que merece ser escuchado. Y la estructura del libro es la estructura de un calendario: cada día, una historia, una historia para cada día.

NERMEEN SHAIKH: Y, Eduardo Galeano, ¿cómo eligió las historias para cada día?

EDUARDO GALEANO: Ellas me eligieron a mí. Ya sabes, me tocaron el hombro o la espalda, diciendo: “Cuénteme. Soy una historia maravillosa y merezco ser difundida por usted, escrita por usted. Así que por favor, escríbame”. Y yo dije: “Bueno, estoy muy ocupado. No”. “No, eso es una excusa. Usted me debe escribirme”, dijo la historia. Y así comencé— terminé escribiendo las historias, y después tuve un duro proceso de selección, tratando de decir más con menos. Y después de este proceso, solo sobrevivieron los textos o historias que siento que son mejores que el silencio. Es una competencia difícil contra el silencio, porque el silencio es un lenguaje perfecto, el único lenguaje que dice sin palabras.

AMY GOODMAN: ¿Puedes compartir algunas de tu—

EDUARDO GALEANO: Sí, traje algunas.

AMY GOODMAN: — historias con nosotros?

EDUARDO GALEANO: No demasiadas, sólo cuatro o cinco, porque este es un problema, Me gusta mucho. He estado con usted otros años, otras veces, y siempre sentí que esta es una verdadera forma de conseguir una democracia real en un mundo que no es democrático en absoluto. Está gestionado por cinco o seis países, grandes corporaciones y las llamadas instituciones internacionales, que no son en absoluto internacionales. El Banco Mundial no es mundial, y la Fondo Monetario Internacional y así sucesivamente, y las grandes corporaciones. Por lo tanto, es como una guerra. La mayor parte de las guerras o golpes militares o invasiones se hacen en nombre de la democracia y en contra de la democracia. Recordaba estos días el año 1964. Yo estaba en Brasil en ese momento. Y entonces un golpe militar acabó con un gobierno democrático, un gobierno de la democracia elegido libremente por la gente. Y João Goulart, el presidente, fue condenado al exilio. Y yo estaba allí, y siempre recuerdo un graffiti que vi en una pared durante los días del golpe militar, que decía: “No más intermediarios, Lincoln Gordon, presidente”. Lincoln Gordon era el embajador de Estados Unidos. Era un retrato perfecto de lo que estaba sucediendo. Así que, algunos de los textos que elegí, y que hoy he elegido para leer, tienen, en cierta medida, conexiones con este tipo de cosas.

AMY GOODMAN: Este es Eduardo Galeano, leyendo un extracto de “Los hijos de los días”.

EDUARDO GALEANO: 9 de marzo, el Día en que México invadió Estados Unidos: “En esta mañana de 1916, Pancho Villa cruzó la frontera con sus jinetes, prendió fuego a la ciudad de Columbus, mató a varios soldados, robo unos cuantos caballos y armas de fuego, y al día siguiente estaba de vuelta en México para contar la historia. Esta incursión relámpago es la única invasión que Estados Unidos ha sufrido desde sus guerras para independizarse de Inglaterra”. Hubo una invasión inglesa en 1812, creo, pero no fue una invasión real, sólo un capítulo de la larga historia de la lucha por la independencia. Pero ésta fue de verdad la última, la invasión de Pancho Villa. Por lo tanto, ésta fue la única invasión. “En cambio, Estados Unidos ha invadido prácticamente todos los países del mundo. Desde 1947, su Departamento de Guerra [cambió de nombre], y se ha llamado Departamento de Defensa, y su presupuesto de guerra [ahora se llama] presupuesto de defensa. Los nombres son un enigma comparable al de la Santísima Trinidad”. Algo sobre Una derrota para la civilización, un día terrible. Es terrible y traumático. Y hago una advertencia para las personas con problemas cardíacos, cardiológico, y cosas así, porque es muy conmovedor, y muy, muy trágico. “En el año 2002, ocho restaurantes McDonald cerraron sus puertas en Bolivia. Esta misión civilizadora apenas duro 5 años. Nadie obligó a McDonald a irse. Los bolivianos simplemente le dieron la espalda, o mejor dicho, McDonald le dio la vuelta a sus estómagos. La empresa de mayor éxito en el planeta honró generosamente al país con su presencia, y esos ingratos se negaron a reconocer su noble gesto. La a versión por el progreso disuadió a Bolivia de abrazar tanto la comida basura como el vertiginoso ritmo de la vida contemporánea”. Las empanadas caseras descarrilaron el desarrollo. Los bolivianos, tercamente apegados a los antiguos sabores del hogar familiar, siguen comiendo sin prisa en largas y tranquilas ceremonias. “Desapareció para siempre la compañía”—desaparecida para siempre, la compañía— “que en cualquier otro lugar hace felices a los niños, despide a los trabajadores que intentan sindicalizarse y eleva la tasa de obesidad”. Algo sobre— un par de textos sobre terrorismo. Uno de julio, un terrorista menos. Esto es casi desconocido aquí. Algo que para mí fue sorprendente, ya que lo que ocurrió es importante, verdaderamente importante. “En el año 2008, el gobierno de Estados Unidos decidió borrar el nombre de Nelson Mandela de su lista de terroristas peligrosos. Nelson Mandela fue un peligroso terrorista, terrorista peligroso para la seguridad nacional de Estados Unidos durante sesenta años. El africano más venerado en el mundo habían aparecido en esa siniestra lista durante sesenta años”. Así que, me gustaría celebrar el 11 de septiembre como un día contra el Terrorismo. Ese es el nombre del día, por razones obvias: El 11 de septiembre, un día contra el terrorismo. Y me gustaría celebrar el día, ya sabe, pegando carteles contra el terrorismo en todo el mundo, carteles que digan: “Se busca: por secuestrar países. Se busca: por estrangular los salarios y recortar puestos de trabajo. Se busca: por violar la tierra, envenenar el agua y robar el aire. Se busca: por traficar con el miedo”. Y el último, un homenaje a mi ídolo, Rosa Luxemburgo. Ella era una mujer, y esto era un defecto grave, un pecado, el hecho de ser mujer. Por lo tanto, ella no es muy conocida. Pero para mí, en mi formación, cuando yo era muy, muy joven, entendí, por primera vez, a través de la vida y las palabras de Rosa Luxemburgo, lo que el socialismo podría ser— no lo era, pero podría serlo. “En 1919, Rosa Luxemburgo, la revolucionaria, fue asesinada en Berlín. Sus asesinos la apalearon con sus fusiles y la arrojaron a las aguas de un canal. En el camino, ella perdió un zapato. Alguien lo recogió, ese zapato que había caído en el barro. Rosa anhelaba un mundo donde la justicia no sería sacrificada en nombre de la libertad, y la libertad no sería sacrificada en nombre de la justicia. Todos los días, alguna mano recoge ese estandarte. caído en el barro, como el zapato”.

AMY GOODMAN: Eduardo Galeano, leyendo algunos extractos de su último libro: “Los hijos de los días: Un calendario de la historia humana”. Vamos a hacer una pausa y luego continuaremos con nuestra conversación con este gran escritor latinoamericano. Quédese con nosotros.

[Pausa]

AMY GOODMAN: Nuestro invitado es el gran escritor Eduardo Galeano, famoso por ser el autor de “Las venas abiertas de América Latina” y de muchos otros libros, su trilogía, “Memoria del fuego”, así como “fútbol a sol y sombra”, “Sombras”, “Patas arriba”, “El libro de los abrazos”, “Nosotros decimos no”, “Voces de nuestro tiempo” y “Espejos”. Su último libro es “Los hijos de los días”. Y tiene otro extracto—

EDUARDO GALEANO: Sí.

AMY GOODMAN: —que desea leer, Eduardo.

EDUARDO GALEANO: Sí, sobre los migrantes. La inmigración es un tema—

AMY GOODMAN: Sobre los migrantes.

EDUARDO GALEANO: —que siempre está presente en la vida diaria aquí en Estados Unidos y en muchos otros países también. Así que esto es algo sobre—El 18 de diciembre, los primeros exiliados: “Hoy, Día Internacional del Migrante, no es un mal momento para recordar que los primeros en la historia humana obligados a emigrar fueron Adán y Eva. De acuerdo con la versión oficial, Eva tentó a Adán: ella le ofreció la fruta prohibida y fue por su culpa que ambos fueron expulsados ​​del Paraíso. Pero”,—pero, pero pero— “¿es que lo que realmente sucedió? Mmm. ¿O hizo Adán lo que hizo por su propia voluntad?” Hizo lo que hizo porque quiso. “Quizás Eva no le ofreció nada y ni le preguntó [nada]. Tal vez Adán escogió a morder la fruta prohibida cuando se enteró de que Eva ya lo había hecho. Tal vez ella ya había perdido el privilegio de la inmortalidad y Adam optó por compartir su condena. Y así se convirtió en mortal. Pero no solo”.

NERMEEN SHAIKH: Eso es maravilloso, Eduardo Galeano. ¿Podría hablarnos de esa última entrada que ha leído y de la cuestión de la inmigración aquí en Estados Unidos?

EDUARDO GALEANO: Sí. Sí, espero que las cosas puedan cambiar. Y realmente no puedo— Cristóbal Colón no pudo descubrir América, el llamado descubrimiento de América, porque no tenía visa, no tenía pasaporte. Álvares Cabral no pudo descubrir Brasil, porque no tenía—¿cómo es?— no tenía un documento policial acreditando que era alguien honesto. Y él era peligroso porque podía introducir algunas “enfermedades” desconocidas. ¿Cómo se dice en inglés “enfermedades”?

AMY GOODMAN: “Diseases”.

NERMEEN SHAIKH: “Diseases”.

EDUARDO GALEANO: ¿Eh?

AMY GOODMAN: “Diseases”.

EDUARDO GALEANO: Sí, “Diseases”, desconocidas en Brasil. Como sucedió, Europa fue tan gentil de colonizar Brasil— invadir y conquistar Brasil. Y luego, una gran cantidad de enfermedades desconocidas se introdujeron allí y devastaron el país. Así que a él no se le podía permitir entrar, porque era muy peligroso. Y así ha ocurrido en diferentes ocasiones a lo largo de la historia, la impunidad del Norte y la impotencia del Sur.

AMY GOODMAN: ¿Sientes que los tiempos han cambiado de una manera positiva en América Latina? Quiero decir—

EDUARDO GALEANO: Sí.

AMY GOODMAN: —lo que usted mismo experimentó en Uruguay, de donde tuvo que exiliarse. Usted fue encarcelado brevemente, y luego fue a Argentina. Huyó a Argentina. Fue a España.

EDUARDO GALEANO: Sí.

AMY GOODMAN: Golpe tras golpe. Y finalmente, ¿qué pasa hoy?

EDUARDO GALEANO: Bueno, hoy en día creo que se están abriendo algunas puertas, y estamos viviendo en un tiempo excitante, ya sabe, liberando algo de energía, energía que es una buena energía, la energía del cambio, la energía de la creación, con algunas limitaciones que veo en estos gobiernos progresistas que tenemos ahora en varios países, sobre todo el divorcio entre los derechos humanos y los derechos de la naturaleza. Quiero decir, desde el punto de vista de la defensa de los recursos naturales, no estoy tan seguro de que lo estén haciendo bien. En otros campos, sí, desde luego que sí. La pobreza está disminuyendo, disminuyendo. Se ha hecho un gran esfuerzo en varios países en nombre de la gente pobre y las personas anónimas y desconocidas. Pero en lo relativo a la protección de los recursos naturales, eso no está funcionando. Espero que lo haga, pero nosotros— en América del Sur no hay una amplia conciencia sobre el hecho de que los recursos naturales son el pan para hoy y el hambre para mañana. Cinco siglos, o más de cinco siglos, así lo demuestran, esa riqueza natural, —nuestra riqueza natural, se puede decir— puede desaparecer y ni siquiera decir: “Adiós. Fue un placer”, o nada, sólo desaparecer, y no volver jamas. Quiero decir, la mayor parte de estos recursos se pierden para siempre. Y no tenemos todavía una conciencia clara de esto.

NERMEEN SHAIKH: Y, Eduardo Galeano, usted ha escrito mucho acerca de la situación de los pueblos indígenas en América Latina.

EDUARDO GALEANO: Sí, sí.

NERMEEN SHAIKH: ¿Cree usted que su situación ha cambiado, sobre todo desde la elección de Evo Morales en Bolivia?

EDUARDO GALEANO: Sí.

NERMEEN SHAIKH: ¿Podría hablar un poco sobre esto?

EDUARDO GALEANO: Sí, es una buena noticia, ya sabe, el hecho de que por primera vez tengamos una constitución —la primera fue en Ecuador, y ahora también en Bolivia— reconociendo los derechos de la naturaleza. Fue la primera vez en toda la historia de la humanidad. Ninguna otra constitución antes había reconocido a la naturaleza como fuente de justicia. Y había tanta gente asombrada por ella, diciendo: “¿Pero cómo puede la naturaleza tener derechos si la naturaleza no es una persona?” Bueno, la respuesta está aquí en Estados Unidos. A mediados del siglo XIX, la Corte Suprema de Estados Unidos reconoció los derechos humanos para las corporaciones. Y eso todavía está en funcionamiento, esa decisión de la Corte Suprema. Quiero decir, aún hoy todavía, aquí en Estados Unidos, las corporaciones tienen derechos humanos. Y por lo tanto, ¿por qué no iba a tenerlos también la naturaleza, si las corporaciones pueden defenderse a sí mismas diciendo: “Tenemos derechos humanos?” Bueno, vamos a admitir que la naturaleza también debe ser protegida.

AMY GOODMAN: Eduardo Galeano, el título de su libro proviene de Guatemala.

EDUARDO GALEANO: Sí.

AMY GOODMAN: “Hijos de los Días”. Ahora, en Guatemala, está teniendo lugar un juicio que no tiene precedentes. Concluya como concluya—

EDUARDO GALEANO: Sí.

AMY GOODMAN: — no sabemos como va a terminar, pero es un juicio contra Efraín Ríos Montt por genocidio, por crímenes de lesa humanidad, contra el dictador que fue responsable de la muerte de tantas personas.

EDUARDO GALEANO: Sí, él mató a miles y miles de personas, y destruyó varias comunidades y pueblos, matando a los bebés. La orden era: Esta es una guerra contra las semillas, “contra las semillas”, las semillas de la gente. Satanás estaba presente en cada bebé indígena recién nacido, por lo que mató a un montón de bebés y niños. Y fue una buena noticia saber que él está a ser enjuiciado.

AMY GOODMAN: ¿Y puede implicar al actual presidente, Pérez Molina, quien—

EDUARDO GALEANO: También, sí, pero sobre todo—

AMY GOODMAN: —trabajó con Ríos Montt.

EDUARDO GALEANO: El principal asesino era el otro.

AMY GOODMAN: Ríos Montt.

EDUARDO GALEANO: Su hermano es obispo y es una buena persona, pero él, él era terrible. Él fue realmente el hombre responsable de esta masacre, de este exterminio masivo de la población indígena.

AMY GOODMAN: ¿Fue también

EDUARDO GALEANO: Al principio parecía una buena noticia. Era la primera vez en Guatemala, y una de las primeras veces en toda América Latina, que algo como esto estaba ocurriendo. Pero ahora, parece que la impunidad va a ganar de nuevo. Él tiene un gran ejército de abogados. Y las últimas noticia que recibí de Guatemala no eran buenas, y tal vez la impunidad va a ganar de nuevo. Espero que no, pero—

AMY GOODMAN: El presidente Hugo Chávez le dio su libro, “Las venas abiertas de América Latina”, al presidente Obama.

EDUARDO GALEANO: Sí.

AMY GOODMAN: El presidente Chávez ha muerto. ¿Cuales son sus pensamientos sobre su importancia?

EDUARDO GALEANO: En realidad fue un acto simbólico, ¿no? Ya que él le dio a Obama la edición española, y Obama no lee español. Y hay un montón de ediciones en inglés, como 30 o 40. Así que fue claramente un acto simbólico. Era simplemente una forma de decir: “Mire, presidente, presidente del planeta, sólo un segundo. Échele una mirada a esto. Hay otros mundos en este mundo”.

NERMEEN SHAIKH: ¿Qué opina del legado del presidente Hugo Chávez en América Latina?

EDUARDO GALEANO: Bueno, yo fui un delegado de los observadores independientes cuando el referéndum se llevó a cabo, el presidente preguntando primera vez en la historia a la gente: ¿Quiere que me quede aquí, o prefiere que me vaya?”.

AMY GOODMAN: Muy rápidamente, tenemos 10 segundos.

EDUARDO GALEANO: Yo fui elegido por más de 200 observadores para representarles a todos ellos en ese referéndum. Y fue una trilogía.

AMY GOODMAN: Vamos a tener que guardar la parte final del chiste.

EDUARDO GALEANO: Carter, el ex presidente de Estados Unidos, estaba allí para la fundación—

AMY GOODMAN: Vamos a continuar esta conversación y a publicar la segunda parte de la entrevista en nuestro sitio web en democracynow.org. Nuestro invitado: Eduardo Galeano; su último libro: “Los hijos de los días”.

Traducido y editado por Igor Moreno y Democracy Now! en Español.

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