Fiscales federales acusan a los propietarios de más de una docena de tiendas de la franquicia 7-Eleven de imponer un sistema de esclavitud a trabajadores indocumentados. Las autoridades de Estados Unidos embargaron 14 tiendas de Nueva York y Virginia, mientras que docenas más permanecen bajo investigación. Según la fiscal Loretta Lynch, muchos de los trabajadores en cuestión provienen de Pakistán y Filipinas.
Loretta Lynch dijo: “Los propietarios de la franquicia que fueron acusados estaban involucrados en un patrón de fraude y explotación laboral que incluía el robo de identidades, la presentación de información falsa al proveedor de nómina y la explotación sistemática de una mano de obra integrada mayormente por inmigrantes ilegales que buscaban y empleaban. Los trabajadores inmigrantes eran obligados rutinariamente, bajo la amenaza de perder sus trabajos o ser deportados, a trabajar hasta 100 horas por semana y a vivir en casas propiedad de los demandados y solo se les proveía un pequeño porcentaje del dinero que ganaban”.
Nueve propietarios y encargados fueron arrestados el lunes. Las autoridades también encontraron a 18 trabajadores indocumentados víctimas del supuesto esquema que ahora corren el riesgo de ser deportados.