Partidarios de la activista por los derechos civiles y abogada Lynne Stewart se concentraron frente a un tribunal federal de Manhattan el martes, para oponerse a la negativa a su liberación por causas humanitarias. Con 73 años de edad, la encarcelada abuela lucha contra un cáncer en etapa IV que ha sufrido una metástasis a los nodos linfáticos, los hombros, los huesos y los pulmones. Stewart está cumpliendo una condena de diez años en una cárcel federal cerca de Fort Worth, Texas. Fue declarada culpable en 2005 de distribuir comunicados de prensa en nombre de su cliente encarcelado, el clérigo egipcio Omar Abdel-Rahman, también conocido como el “jeque ciego”. La Oficina Federal de Cárceles rechazó su transferencia a un hospital el mes pasado, a pesar de las recomendaciones del alcaide de la prisión donde se encuentra. El esposo de Lynne Stewart, Ralph Poynter, dijo que su condición empeora día a día.
Poynter declaró: “Lynne está cada vez más grave. Cuando la fui a ver el 4 de julio, tuve miedo de no volver a verla. Porque está en cuarentena. ¿Qué significa “cuarentena”? Significa que tiene tan pocos glóbulos blancos que es peligroso para ella estar entre la gente. [La Oficina de Cárceles] no me impidió visitarla. Pero sigue sin estar entre la gente. Dicen que es autosuficiente, pero no puede hacer nada por sí misma, no va a comer, no limpia, no se hace la cama. Dicen que se basta a sí misma, pero sin embargo en la cárcel no hace nada”.