El gobernador de Texas, Rick Perry, sancionó un proyecto de ley que podría clausurar casi todas las clínicas de abortos del estado. El proyecto inspiró una “estrategia obstruccionista del pueblo” y una postura de la senadora del estado de Texas Wendy Davis que bloqueó un intento inicial de la asamblea legislativa de aprobarlo el mes pasado. Pero Perry anunció la victoria en la ceremonia de sanción de la ley celebrada el jueves, mientras los manifestantes coreaban “¡Vergüenza!” fuera del salón.
Rick Perry dijo: “Es nuestra responsabilidad y obligación dar voz a los no nacidos, a las personas cuya supervivencia está en riesgo. Este proyecto de ley está a la altura de esa responsabilidad”.
La ley aplica a las clínicas de abortos los mismos estándares que los centros quirúrgicos de tipo hospitalario y requiere permisos para ingresar pacientes en hospitales cercanos, que son difíciles de obtener para los médicos que practican abortos. También prohíbe el aborto luego de las veinte semanas de gestación e impone restricciones al acceso a los medicamentos que permiten interrumpir el embarazo. Se espera que los opositores presenten una demanda contra las restricciones antes de que estas entren en efecto.