El sargento del ejército de Estados Unidos Robert Bales fue condenado a cadena perpetua por el homicidio de dieciséis civiles afganos durante los ataques perpetrados contra dos aldeas en marzo pasado. Bales fue condenado el viernes luego de declararse culpable en junio. Con esta declaración se salvó de la pena de muerte. Una serie de víctimas afganas fueron llevadas a Estados Unidos para testificar en el juicio. Un hombre afgano que perdió familiares en el ataque de Bales hizo declaraciones luego del pronunciamiento de la sentencia.
Hajji Mullah Baran dijo: “El gobierno de Estados Unidos dice que manda soldados para llevar la democracia, la libertad y la justicia, pero hay ciertos soldados, como este caballero, que en realidad han cometido crímenes y asesinado gente. Si tuviera la posibilidad de hablar con el sargento Bales, le diría directamente a la cara que es un asesino y le preguntaría por qué hizo esto. Le preguntaría si alguna vez pensó en ser un ser humano, porque un ser humano no haría esto”.
Muchas víctimas afganas y sus familiares habían reclamado la pena de muerte para Bales. Durante los alegatos de cierre de la semana pasada, el sargento pidió perdón por la masacre y la calificó como un “acto de cobardía”. Los abogados defensores alegaron que el militar sufrió un colapso nervioso debido a estrés postraumático y una lesión cerebral producto de varias misiones en Irak y Afganistán. Esta masacre representa el peor asesinato de civiles perpetrado por un solo soldado estadounidense desde la guerra de Vietnam.