El jefe del Pentágono, Chuck Hagel, se reunió el jueves con altos funcionarios filipinos, entre los que se encontraba el Presidente Benigno Aquino, para debatir la ampliación de la presencia militar de Estados Unidos en Filipinas. El gobierno de Obama ha estado negociando un acuerdo para permitir que las fuerzas estadounidenses almacenen equipos y suministros y desplieguen temporalmente buques, aviones y tropas en diversos lugares de la región. Manifestantes filipinos condenaron la presencia militar de Estados Unidos.
Fidel Fidabier, del Movimiento por la Democracia Nacional, declaró: “Esas tropas no son bienvenidas aquí. Son aves de rapiña. Su llegada aquí significa que aterrizó el águila. Han llegado las aves rapaces y esto podría representar otra guerra, muerte y abusos”.
Según los funcionarios filipinos, Estados Unidos ha estado intentando asegurarse el uso de un antiguo aeropuerto como base para aviones no tripulados. El Secretario de Defensa, Chuck Hagel, dijo que Estados Unidos no está buscando construir bases permanentes en Filipinas, que fue colonia de aquel país desde 1898 a 1946.
Hagel afirmó: “Estados Unidos no busca bases permanentes en Filipinas. Eso representaría el regreso a una mentalidad desactualizada de Guerra Fría. En cambio, estamos utilizando un nuevo modelo de cooperación militar que conviene a dos grandes aliados y amigos y que busca aumentar nuestra presencia rotativa aquí, como hemos hecho recientemente en Singapur y Australia”.
La visita de Chuck Hagel a Filipinas se produce días después de que al menos 60.000 personas se concentraran en Manila en la mayor manifestación realizada hasta ahora contra el gobierno de Aquino por su corrupción.