El jueves, los representantes republicanos aprobaron radicales recortes en el programa de bonos de alimentación. Con ello, redujeron el gasto en 40.000 millones de dólares a lo largo de diez años e impusieron nuevos requisitos laborales. La Oficina de Presupuesto del Congreso dice que la medida dejaría sin bonos de alimentación a casi cuatro millones de personas a partir del año que viene, y luego a tres millones más por año. En un discurso pronunciado en la Cámara de Representantes, la congresista Jackie Speier, de California, levantó un bistec, vodka y caviar para burlarse de los republicanos, que quieren recortar los bonos de alimentación mientras compran comida costosa a cuenta de los contribuyentes en sus viajes al extranjero.
La representante Speier declaró: “En mi distrito, California 14, tenemos alrededor de 14.000 familias beneficiarias de los bonos de alimentación, pero algunos de mis colegas tienen miles y miles más. Aun así, de alguna manera se sienten como cruzados, como héroes cuando votan por recortar los bonos de alimentación. Algunos de estos mismos miembros viajan a otros países con el pretexto de asuntos oficiales. Cenan en espléndidos restaurantes, piden bistec, vodka y hasta caviar. Les dan dinero para eso. No pagan estas comidas de su bolsillo”.
La medida de la Cámara baja instala una confrontación con el Senado y probablemente demore la aprobación de un nuevo proyecto de ley agrícola hasta por lo menos el año que viene.