Un nuevo informe del Senado se hace eco de las primeras conclusiones que sostenían que el mortal ataque al consulado de Estados Unidos en Benghazi, Libia, era prevenible. El embajador Christopher Stevens y otros tres estadounidenses murieron cuando militantes invadieron su complejo el 11 de septiembre de 2012. La Comisión de Inteligencia del Senado responsabiliza al Departamento de Estado por no reforzar la seguridad ante las advertencias y por la falla en las comunicaciones con la CIA. El miércoles, la portavoz del Departamento de Estado Marie Harf reconoció la falla, pero sostuvo que no existieron advertencias de inteligencia específicas en relación a un ataque inminente.
Harf expresó: “Como hemos afirmado en repetidas oportunidades, no hubo amenaza específica alguna que indicara la inminencia de un ataque. Obviamente hemos discutido en profundidad el hecho de que sabíamos que había extremistas y terroristas que operaban en Libia y en Benghazi. Sin embargo, repito, no recibimos información específica que indicara una amenaza, un ataque inminente. No podemos retroceder y considerar las hipótesis acerca de lo que podría haberse prevenido o no”.