Ohio ejecutó a un recluso con un método que combina dos fármacos que no había sido probado previamente, a pesar de existir advertencias de que el mismo podría ocasionar inmenso sufrimiento. Pasaron 25 minutos para que la inyección letal causara la muerte a Dennis McGuire. Los representantes legales de McGuire intentaron detener la ejecución advirtiendo que era posible que éste “experimentara la agonía y el terror de la falta de aire al luchar por respirar”. Sin embargo, el fiscal del estado de Ohio alegó que McGuire “no tenía derecho a una ejecución sin dolor” y un juez permitió que se procediera. Un testigo relató lo sucedido.
El testigo afirmó: “Diría que entre diez y trece minutos, el Sr. McGuire pareció estar jadeando en busca de aire. No sé si era falta de aire o qué era exactamente, todo lo que les voy a decir es la descripción. Intentaba respirar profundamente, había como un traqueteo, un sonido gutural, hacía como una especie de resoplido por la nariz. Un par de veces sin duda parecía estar asfixiándose”.
Funcionarios de Ohio sostienen que se vieron obligados a utilizar ese método de fármacos no probado anteriormente a causa de la carencia de pentobarbital, que se ha registrado luego de que la fabricante danesa prohibiera su utilización en ejecuciones llevadas a cabo en Estados Unidos.