Al momento en que Obama diera a conocer las reformas impulsadas por las filtraciones de Edward Snowden, Snowden se enfrentaba a nuevos ataques de legisladores y funcionarios de inteligencia. En declaraciones al programa “Meet the Press” de la NBC, el jefe de inteligencia de la Cámara de Representantes, Mike Rogers, sugirió —sin citar evidencia— que Snowden es un espía ruso.
Rogers declaró: “Él es un ladrón, que creemos que tuvo algo de ayuda, que robó información de la cual la gran mayoría nada tenía que ver con la privacidad. Nuestro ejército, armada, fuerza aérea e infantería de marina quedaron muy perjudicados por los datos que él se llevó y creemos que ahora están en manos de otros países. Creo que hay una razón por la que terminó en los amantes brazos de un agente del FSB en Moscú. No creo que sea una coincidencia”.
Mientras tanto, el sitio web Buzzfeed ha publicado un artículo que cita a funcionarios de inteligencia anónimos, llamado “Los espías de Estados Unidos quieren ver a Edward Snowden muerto”. Se cita a un funcionario del Pentágono diciendo: “Me encantaría ponerle una bala en la cabeza… él es de seguro el mayor traidor de la historia estadounidense”. Un analista de la NSA también declara a Buzzfeed: “En un mundo donde no se me restringiera matar a un estadounidense, personalmente iría a matarlo yo mismo. Muchas personas comparten este sentimiento”.