Bosnia y Herzegovina se enfrentan a sus mayores manifestaciones antigubernamentales en casi dos décadas. Las protestas se han extendido por todo el país, paralizando el lunes a la capital, Sarajevo, tras estallar en la ciudad norteña de Tuzla la pasada semana. Un profesor de la Universidad de Tuzla describió el lanzamiento de las manifestaciones.
Damir Arsenijevic expresó: “Lo que ha pasado aquí es que el pueblo de Tuzla, de la región de Tuzla, finalmente dijo que ya tuvo suficiente nepotismo, corrupción y un gobierno no profesional. Un gobierno que por los últimos veinte años no ha escuchado a las personas y su enojo, y la ira, un gobierno que no ve que la gente pasa hambre y no tiene trabajo, que no tiene ninguna posibilidad de futuro. Y lo que pasó es que el pueblo tomó el asunto en sus propias manos y se manifestó para tomar parte en la creación de su propio futuro. Eso es lo que pasó”.
Se estima que la tasa de desempleo en Bosnia está entre el 27% y 40%. La frustración política deriva, al menos en parte, de los acuerdos de paz mediados por Estados Unidos en la década de 1990, que establecieron un sistema político poco operativo en Bosnia.