Han comenzado las deliberaciones del jurado en el juicio de un hombre de Florida que asesinó a disparos a un adolescente afroestadounidense durante una disputa por música a alto volumen. En noviembre de 2012, Michael David Dunn se detuvo al lado de un auto de adolescentes para pedirles que bajaran el volumen de su estéreo. Tras una discusión, Dunn efectuó ocho o nueve disparos contra el vehículo, incluso luego de que los adolescentes intentaran huir, e hirió de muerte a Jordan Russell Davis, de diecisiete años de edad. El joven no bajó en ningún momento del auto y nunca se encontraron armas en el interior del mismo. Dunn huyó de la escena del crimen con su prometida en lugar de llamar a la policía, fue a un hotel y ordenó pizza. Afirma haber visto un arma, temido por su vida y actuado en defensa propia. Sin embargo, al atestiguar durante el juicio, la prometida de Dunn expresó que en aquel momento él nunca le mencionó haber visto un arma. En los alegatos finales, el fiscal adjunto del estado, John Guy, instó a los jurados a condenarlo.
John Guy afirmó: “Si Jordan Davis hubiera tenido un arma, el acusado nunca había abandonado la escena del crimen. Si Jordan Davis hubiera tenido un arma, habría llamado a la policía. Si verdaderamente hubiera actuado en defensa propia, no habría estado huyendo de todos. No habría mentido a la policía. No habría cambiado su historia”.
El tiroteo provocó comparaciones con la muerte de Trayvon Martin. El abogado de Dunn hizo referencia a la ley de legítima defensa, y dos de los fiscales del caso lo fueron también, sin éxito, en el juicio del homicida de Martin, George Zimmerman. Al igual que con el juicio de Zimmerman, los fiscales ignoraron el aspecto racial durante el proceso. Nunca se presentaron al jurado cartas incriminatorias escritas por Dunn durante el periodo en que estuvo en prisión antes de su audiencia preliminar. Dunn escribió a familiares que creía que el sistema judicial no es imparcial y se inclina a favor de los afroestadounidenses. Dunn redactó: “Puede que esto suene un poco radical, pero si más personas tuvieran armas y mataran a estos idiotas [chillones] cuando nos amenazan, tal vez entenderían el mensaje y cambiarían su conducta”.