Dos jugadores clave en el escándalo “Bridgegate” del gobernador de Nueva Jersey Chris Christie fueron llamados a comparecer ante la justicia el martes, tras haberse rehusado a cumplir citaciones estatales. Bridget Kelly, ex subjefa de gabinete de Christie, y Bill Stepian, su ex gerente de campaña, se negaron a entregar documentación a los investigadores. Correos electrónicos que ya han salido a la luz muestran que asesores y funcionarios de Christie conspiraron para cerrar las sendas que conducen al Puente George Washington, aparentemente, en un acto de toma de represalias políticas contra el alcalde de Fort Lee. En un tristemente célebre correo electrónico, Kelly escribe: “Es hora de que haya algunos problemas de tránsito en Fort Lee”. Mientras que Stepian evitó la audiencia, Kelly enfrentó a una multitud de periodistas al hacer su primera aparición en público desde que estalló el escándalo. Su abogado, Michael Critchley, alegó que la entrega de más correos electrónicos y documentos infringiría los derechos constitucionales de Kelly, entre ellos, el derecho a evitar auto incriminarse.
Critchley alegó: “Básicamente, nos están solicitando que nos incriminemos a nosotros mismos al pedirnos que entreguemos este tipo de documentos y que demos testimonio de comunicaciones que van con el acto de presentación, y eso es inconstitucional, señor juez”.
El gobernador Christie negó haber participado o incluso tener conocimiento del complot de sus asesores para cerrar las sendas del puente. La polémica puso en riesgo sus perspectivas de obtener la nominación presidencial republicana en 2016. En el giro más reciente que ha tenido el escándalo, el periódico New York Times informa que el gobierno de Christie regaló trozos de metal tomados de los restos de los ataques del 11 de septiembre de 2001 al World Trade Center a los alcaldes de Nueva Jersey que apoyaron su reelección.
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