Ángela Davis habla de la abolición de la cárcel, la guerra contra las drogas y los movimientos sociales

Reportaje06 de marzo de 2014

Durante más de cuatro décadas, la reconocida escritora, activista y académica Ángela Davis ha sido una de las activistas e intelectuales más influyentes en Estados Unidos. Es un ícono del movimiento de liberación negra de la década de 1970 y su trabajo en torno a cuestiones de género, etnia, clase y sistema carcelario influyeron el pensamiento crítico y los movimientos sociales de varias generaciones. Davis es una destacada defensora de la abolición de las cárceles, postura que se sustenta en su propia experiencia como fugitiva que figuraba en la lista del FBI de las 10 personas más buscadas hace más de cuarenta años. Davis, profesora emérita de la Universidad de California en Santa Cruz y tema de un documental estrenado recientemente, “Free Angela and All Political Prisioners” (Liberen a Ángela y a todos los presos políticos), nos acompaña para analizar la abolición de las cárceles, los encarcelamientos masivos, la llamada guerra contra las drogas, el día internacional de la mujer y por qué en el segundo mandato del presidente Obama debería haber un mayor activismo que en el primero.

Transcripción
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JUAN GONZÁLEZ: La lucha para reformar el sistema de justicia penal en Estados Unidos ha llegado a un momento crucial. Desde el impulso de la administración Obama para reformar los delitos racialmente motivados hasta la reciente decisión del estado de Nueva York de reformar el uso del confinamiento solitario, hay un impulso cada vez mayor hacia repensar el sistema. Pero también han surgido nuevas batallas, como la lucha en contra de la ley de “legítima defensa” en estados como el de Florida, donde una serie de casos judiciales recientes han puesto de relieve la cuestión de sesgo racial en el sistema judicial. Marissa Alexander, una mujer afroestadounidense que disparó, en lo que ella dice fue un disparo de advertencia, hacia una pared cerca de su abusivo marido, se enfrenta a hasta 60 años de prisión en su segundo juicio. Michael Dunn, que disparó y mató a un adolescente afroestadounidense en una disputa por el volumen de su música en el mismo estado de Florida, se enfrenta a un mínimo de 60 años por intento de asesinato, pero el jurado no pudo condenarlo por el cargo principal en el caso: el asesinato de Jordan Davis, un caso que, para muchos, recordó el asesinato de Trayvon Martin por George Zimmerman.

AMY GOODMAN: Para hablar más acerca de estas cuestiones, pasamos la hora con la autora, activista y académica de renombre mundial, Angela Davis, profesora emérita de la Universidad de California, en Santa Cruz. Por más de cuatro décadas, ha sido una de las activistas e intelectuales más influyentes en Estados Unidos. Ella estará presentándose aquí, en Nueva York el viernes en la conferencia “Más allá de las Rejas” en la Universidad de Columbia. Que bueno tenerte aquí, Angela.

ANGELA DAVIS: Gracias, Amy. Gracias. Gracias, Juan.

AMY GOODMAN: ¿Siente que haya habido progreso?

ANGELA DAVIS: Bueno, sí. Creo que este es un momento crucial. Hay aperturas. Y creo que es muy importante señalar que la gente ha estado luchando por estos asuntos durante años y durante décadas. Este es también un momento problemático. Y aquellos de nosotros que se identifican como abolicionistas de la prisión, a diferencia de los reformadores de la prisión, tienen el argumento de que muchas veces las reformas crean situaciones en las que la encarcelación en masa se convierte en algo aún más arraigado, y así, por lo tanto, tenemos que pensar qué a la larga producirá un descenso en los encarcelamientos, un menor número de personas tras rejas, y es de esperar, con el tiempo, en el futuro, la posibilidad de imaginar un paisaje sin prisiones, donde se utilicen otros medios para abordar los problemas del daño, donde los problemas sociales, tales como el analfabetismo y la pobreza, no lleven un gran número de personas a lo largo de un camino que finalice en la cárcel.

JUAN GONZÁLEZ: Me pregunto, el primer mandato del presidente Obama fue referido a menudo por algunos a través del mito de Estados Unidos post-racial, representado por la elección del Presidente Obama. Pero incluso él ha evitado, hasta hace poco, lidiar con algunas de las desigualdades raciales de nuestro sistema, sobre todo el en sistema penitenciario. Me pregunto si usted puede ver un movimiento o alguna transformación en el propio presidente en cómo se enfrenta a algunos de estos asuntos.

ANGELA DAVIS: Bueno, este es su segundo mandato. Él realmente no tiene nada que perder. Y realmente es hora de que comenzara a abordar lo que es uno de los temas más críticos en este país. Es bastante lamentable el hecho de que Obama ha esperado hasta ahora para hablar, pero es bueno que esté hablando. Y creo que podemos aprovechar esta oportunidad para lograr algunas victorias importantes.

AMY GOODMAN: Explique lo que quiere decir, Angela, la diferencia entre ser un abolicionista de la cárcel, como se describe a si misma, y un reformador de la prisión.

ANGELA DAVIS: Bueno, por supuesto, en 1977, cuando se llevó a cabo la rebelión de Attica, fue un momento muy importante en la historia de la encarcelación en masa, en la historia de la prisiones en este país. Los presos que fueron los portavoces de la sublevación indicaron que estaban luchando por un mundo sin prisiones. Durante la década de 1970, el concepto de la abolición de la prisión llegó a ser muy importante. Y, de hecho, los intelectuales públicos, jueces y periodistas lo tomaron muy en serio y comenzaron a pensar en alternativas. Sin embargo, en la década de 1980, con el desmantelamiento de los servicios sociales, los ajustes estructurales en el Sur Global y el surgimiento del capitalismo global, empezamos a ver la prisión emergiendo como uno de los principales problemas producidos por la desindustrialización, la falta de puestos de trabajo, la menor financiación en la educación, la falta de educación, los cierres de sistemas que fueron diseñados para ayudar a las personas que tenían problemas mentales y emocionales. Y ahora, por supuesto, el sistema penitenciario es también un centro psiquiátrico. Siempre señalo que las mayores instalaciones psiquiátrica en el país son la isla de Rikers en Nueva York y el condado de Cook en Chicago.

Entonces, la pregunta es: ¿Cómo se abordan las necesidades de los reclusos mediante la institución de reformas que no creen un sistema penitenciario más fuerte? Ahora bien, hay más o menos unos dos millones y medio de personas tras las rejas, si uno cuenta todos los diversos aspectos de lo que llamamos el complejo industrial de las prisiones, incluyendo prisiones militares, las cárceles en territorios autónomos indígenas, prisiones estatales y federales, las cárceles del condado, instalaciones de detención de inmigrantes, que constituyen el sector de mayor crecimiento en el complejo industrial de prisiones. Sí, y la pregunta es: ¿cómo respondemos a las necesidades de los que están adentro, y al mismo tiempo iniciamos un proceso de reducción de los encarcelamientos que nos permita poner fin a esta dependencia de la prisión como método predeterminado de abordar, no abordando, realmente, los grandes problemas sociales?

JUAN GONZÁLEZ: ¿Y cómo ve usted el cambio de actitud del público hacia la guerra contra las drogas y la buena disposición de algunos estados ahora a iniciar un proceso de despenalización y reconocer la adicción a las drogas más que como un problema de justicia penal como un problema de salud? ¿Ve usted que haya alguna esperanza de reducir drásticamente la población carcelaria?

ANGELA DAVIS: Sí, creo, creo que es importante. Pero de nuevo, es también esencial señalar que la gente ha estado luchando en torno a estos temas desde hace mucho tiempo. Y muchas veces, cuando estos nuevos momentos surgen, es como si los legisladores hubieran salido con esta idea por primera vez. Y por supuesto, es importante la despenalización que está sucediendo en algunos estados, porque las drogas han servido–la llamada guerra contra las drogas, que, como sabemos, ha sido una guerra en las comunidades pobres, las comunidades negras y latinas, en todo el país–la llamada guerra contra las drogas ha sido el principal motor del crecimiento de la población carcelaria. Así, a menudo señalo que tenemos que mirar al correspondiente complejo industrial farmacéutico cuando, ya sabes, pensamos en la forma en que las drogas han servido como pretexto para encarcelar a esas enormes cantidades de personas de color.

AMY GOODMAN: ¿Qué pasa con el sistema con fines de lucro, el sistema de prisiones con fines de lucro?

ANGELA DAVIS: Bueno, son prisiones privadas. Por supuesto, EE.UU. ha dado lugar a esta industria de las prisiones privadas. Corrections Corporation of America fue la primera compañía de prisiones privadas.Y ahora, por supuesto, tenemos instituciones como G4S, que es la tercera corporación privada más grande en el mundo entero, sólo detrás del número uno, Wal-Mart y del número dos, Foxconn. Y esta corporación de seguridad, que es propietaria y opera las prisiones en todo el país, además está implicada en la producción de las tecnologías carcelarias utilizadas en la Palestina ocupada por parte de Israel, que está implicada en la deportación de presos de Europa hacia el Sur Global, desde EE.UU. hacia México–uno empieza a ver cómo todo se junta.

Pero creo que las prisiones privadas no son la única indicación de la corporativización profunda del castigo. Incluso las cárceles públicas confían en las empresas privadas. Y la atención sanitaria ha sido privatizada. La producción de alimentos se ha privatizado. Los pocos programas que hay en las cárceles se han externalizado. Así que hay una privatización de la prisión de tal manera que no es posible examinar el problema de la encarcelación en masa sin mirar el papel importante que desempeña en la economía. Y esto significa, por supuesto, que personas que tienen muy poco que ver con la justicia penal, con el castigo, no tienen ningún interés en eso, en realidad, tienen intereses en el aumento continuo de la población carcelaria, porque significa más ganancias para ellos.

AMY GOODMAN: Nuestra invitada de hoy es la académica y activista Angela Davis. Su notable trayectoria vital se narra en un reciente documental, Liberen a Angela y a todos los presos políticos, dirigido por Shola Lynch. Profesora de filosofía, Angela Davis, admitió ser miembro del Partido Comunista.

HOMBRE NO IDENTIFICADO 1: Hoover la puso en la lista de los 10 más buscados. Todo el mundo tenía un archivo sobre ella.

MUJER NO IDENTIFICADA 1: Su primera conferencia atrajo a 2.000 estudiantes.

FANIA DAVIS: Ahora se está poniendo en práctica la educación de Angela.

HOMBRE NO IDENTIFICADO 2: Angela Davis compró cuatro pistolas.

ANGELA DAVIS: Hay una conspiración en la tierra. Es una conspiración para acabar con la comunidad negra en su totalidad.

HOMBRE NO IDENTIFICADO 3: Bueno, creo que ella está tratando de derrocar nuestro sistema de gobierno, y lo admite.

PRESIDENTE RICHARD NIXON: Las acciones del FBI durante la detención de Angela Davis, una historia bastante sorprendente.

PERIODISTA: El juez del tribunal de distrito de EE.UU. fijó una fianza por 100.000 dólares.

FANIA DAVIS: Ella sabe que el movimiento para liberar a todos los presos políticos está creciendo cada día.

GOBERNADOR RONALD REAGAN: Todo este incidente ha sido una provocación deliberada.

ANGELA DAVIS: Ellos querían quebrantarme. Ellos querían que yo respondiera.

MUJER NO IDENTIFICADA 2: Hubo un enorme sentimiento hacia Angela en todo el mundo.

SALLYE DAVIS: Sabemos que ella es inocente.

RALPH ABERNATHY: Queremos decirle a ese faraón en Washington que deje a Angela Davis en libertad.

HOMBRE NO IDENTIFICADO 4: Lo que le están haciendo a ella es, de un forma exagerada, lo que le sucede todos los días a la gente negra en este país.

MANIFESTANTES: ¡Liberen a Angela! ¡Liberen a Angela! ¡Liberen a Angela!

ANGELA DAVIS:¿Qué significa ser un criminal en esta sociedad?

MUJER NO IDENTIFICADA 3: Ellos no van a matarla. Ellos no van a encarcelarla. Vamos a liberarla. Vamos a lograr su libertad.

JUAN GONZÁLEZ: Eso ha sido parte del documental sobre Angela Davis. Para la realización de este documental, la cineasta se te acercó diciéndote que hicieras qué.

ANGELA DAVIS: Bueno, ella estaba interesada en hacer una película sobre el juicio. Yo ya tenía constancia de su trabajo, porque había hecho una película maravillosa sobre Shirley Chisholm, “Unbought and Unbossed”. Y yo-

AMY GOODMAN: Que se postuló para presidente, ¿cuándo, en 1972?

ANGELA DAVIS: Que se postuló para presidente, la primera, sí, mujer negra que se presentó para la presidencia en este país. Y ya se me habían acercado muchas personas que querían hacer películas, pero yo me había mostrado reticente, porque no creía que fuese muy productivo hacer una película centrada principalmente en mí. Y yo sabía que Shola quería contar la historia del juicio, y que esto también significaría explicar la historia de la campaña que se desarrolló en todo el país y en todo el mundo en torno a la demanda de mi libertad. Y ella hizo un trabajo increíble en la recuperación de material de archivo. Y a menudo he destacado, que había cosas que yo no supe hasta que ella hizo esta película. No había visto gran parte del material de archivo, ya que, por supuesto, yo estaba en la cárcel cuando fue emitido por televisión.

AMY GOODMAN: Explique por qué motivo estuvo usted en la cárcel y por qué fue absuelta.

ANGELA DAVIS: Me acusaron de tres delitos capitales: asesinato, secuestro y conspiración. Y fui absuelta de los tres cargos.

AMY GOODMAN: ¿No estuviste en la cárcel justo al final de la calle de donde estamos ahora?

ANGELA DAVIS: Sí, de hecho, de camino al estudio, vi el lugar donde estaba la Casa de Detención de Mujeres, que está justo en la esquina de Greenwich y la Sexta Avenida, la Avenida de las Américas. Y, sí, la noche que me arrestaron, podía oír las voces de las personas que se habían concentrado afuera pidiendo mi libertad. Supongo que esa es una de las razones por las que ya no está en ese lugar. Ahora está en Rikers Island, para que la comunidad no tenga la misma facilidad de acceso.

JUAN GONZÁLEZ: Y hablando del Centro de Detención de Mujeres, usted ha estado hablando cada vez más de traer el feminismo dentro de un marco abolicionista y la abolición dentro de un marco feminista. ¿Qué quiere decir con eso?

ANGELA DAVIS: Por supuesto. Bueno, en realidad, me refiero a una serie de cosas con eso, porque las perspectivas feministas, creo, son muy importantes y no sólo con respeto a poder entender lo esencial que es mirar a las mujeres en prisión, a pesar de que las mujeres constituyen relativamente una pequeña minoría. Uno puede ver cómo el sistema funciona de manera mucho más clara mirando la convergencia, por ejemplo, de violencia institucional y violencia íntima. También, mirando la situación particular de los prisioneros transexuales que no sólo nos permite reconocer que este es un grupo que tal vez este más criminalizado que cualquier otro –las personas transexuales son arrestadas y encarceladas con más frecuencia que cualquier otro grupo de la sociedad–esto nos permite ver el rol que juega el sistema penitenciario en su conjunto defendiendo las nociones binarias de género en la sociedad global. Así, el feminismo, me parece que nos ayuda a replantear la cuestión de la encarcelación y el complejo carcelario industrial dentro de un contexto más amplio. Y vemos las conexiones entre lo personal, lo político,, institucional y lo doméstico, entre lo público y lo privado.

AMY GOODMAN: ¿No son las mujeres la población de crecimiento más rápido en las prisiones?

ANGELA DAVIS: Y en todo el mundo, las mujeres constituyen la población de mayor crecimiento en las cárceles. Pero creo que también es importante señalar que las mujeres son tal minoría porque existen otras maneras de castigar a las mujeres en la sociedad en general. Y me gustaría señalar que la violencia contra las mujeres, que es la forma más pandémica de violencia en el mundo–quiero decir, hablamos de la violencia policial, hablamos… cuando hablamos de violencia racista, pensamos en la violencia callejera, Trayvon Martin y los demás, y eso es absolutamente necesario de reconocer, pero a su vez, la violencia que ocurre en las relaciones está conectada con esa violencia callejera, violencia institucional y violencia doméstica. Y cuando uno analiza la situación de las mujeres, es importante,–es esencial comprender esta conexión, que luego nos permite tener una visión diferente de la institución que es responsable del encarcelamiento de tantos hombres, especialmente negros y latinos.

AMY GOODMAN: A medida que avanzamos en este Día Internacional de la Mujer, ¿que te da a ti más esperanza?

ANGELA DAVIS: Bueno, creo que siempre encuentro esperanza en la lucha. Encuentro esperanza en las generaciones más jóvenes.

AMY GOODMAN: ¿Usted siente que la gente se ha desmovilizado durante la presidencia del Presidente Obama o esta siendo más activa?

ANGELA DAVIS: Yo creo que podríamos haber sido mucho más activos. Y uno de los problemas, creo, fue que después de estas elecciones históricas que tuvieron lugar, nos fuimos a casa y decidimos que este hombre en Washington podría llevar la carga del caso por nosotros, no reconociendo que, en realidad, él era el presidente del país imperialista militarista de Estados Unidos de América. Y creo que podríamos haber tenido más victorias durante la era de la administración de Obama si nos hubiésemos movilizado, si hubiéramos ejercido presión continua sobre él y también hubiéramos creado la posibilidad para que él tomara posiciones más progresistas.

AMY GOODMAN: ¿Todavía cree que existe esperanza para los próximos años?

ANGELA DAVIS: Bueno, yo creo que tenemos que actuar como si hubiese esperanza.


Subtítulos: Tania Mota. Traducido por Glenda Rosado, editado por Elia Gran, Igor Moreno y Democracy Now! en Español.

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