El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó el despliegue de una fuerza de paz de 12.000 miembros en República Centroafricana, donde la violencia entre cristianos y musulmanes ha provocado temores de genocidio. Miles de personas han muerto y cientos de miles fueron desplazadas durante meses de enfrentamientos. Milicias cristianas han estado cometiendo asesinatos por venganza después de los abusos cometidos por los rebeldes musulmanes Seleka que tomaron el poder en un golpe de Estado en marzo pasado. El jueves, el ministro de Relaciones Exteriores del país elogió la resolución de la ONU de intervenir.
Toussaint Kongo-Doudou declaró: “Tenemos el desafío de la reconciliación política. Como mencioné en mi discurso, no es responsabilidad de la comunidad internacional resolver nuestro problema. La ONU o la comunidad internacional nunca van a resolver un problema a ningún país del mundo. Pero la ONU va a crear el marco necesario donde todos los ciudadanos de República Centroafricana puedan sentarse a negociar, hablar unos con otros, con el fin de encontrar una solución duradera a la crisis en República Centroafricana”.
El pasado martes, en el último episodio de violencia, al menos 30 personas murieron cuando una milicia cristiana atacó una ciudad controlada por los rebeldes en una zona rural al norte de la capital, Bangui.