Tres personas murieron y dieciséis resultaron heridas por un soldado estadounidense que abrió fuego en la base militar de Fort Hood en Texas, quitándose la vida después. El responsable fue identificado como Iván López, un veterano de la guerra de Irak que se encontraba en tratamiento por una enfermedad mental. Estaba siendo evaluado por trastorno de estrés post-traumático, pero aún no había sido diagnosticado. El Presidente Barack Obama reaccionó ante el tiroteo durante un viaje a Chicago.
Obama expresó: “Estamos destrozados de que algo como esto pueda haber sucedido otra vez. No quiero comentar los hechos hasta que sepamos exactamente lo que sucedió, pero por ahora quisiera que en todo el país mantengamos a las familias de Fort Hood en nuestros pensamientos y nuestras oraciones. Quienes se encuentran allí han sacrificado mucho por nuestra libertad. Muchas de las personas que están allí han ido varias veces a Irak y Afganistán, sirvieron con valor, sirvieron con distinción. En su base local necesitan sentirse seguros”.
Al menos tres de las dieciséis víctimas que sobrevivieron están en condición crítica, algunas con varias heridas de bala. Fort Hood es la misma base donde murieron trece personas y 32 resultaron heridas en un tiroteo en 2009, también a mano de un soldado estadounidense.