En Brasil ha comenzado la Copa Mundial de Fútbol 2014. El jueves, día de su apertura, coraceros dispararon granadas de gas lacrimógeno y granadas de aturdimiento contra los manifestantes congregados para condenar los importantes gastos de Brasil en el torneo. Los enfrentamientos estallaron en San Pablo cerca del estadio donde se jugaba el partido inaugural entre Brasil y Croacia. Tres trabajadores murieron en la construcción del estadio. El manifestante Rafael Dolabella realizó declaraciones mientras sostenía un cartel con uno de los trabajadores fallecidos.
Dolabella expresó: “La Copa Mundial va a ser muy buena para algunas personas, para las corporaciones en Brasil que están construyendo los estadios, para las corporaciones que patrocinan la FIFA, para la FIFA misma. No va a ser buena para el pueblo de Brasil, para la gente que no puede, por ejemplo, volar desde los aeropuertos que se construyeron, participar en la Copa Mundial, ya que no pueden pagar, no pueden entrar al estadio, no tienen dinero para ir al estadio, para las personas sin hogar que están siendo violentamente reprimidas aquí en el estado de San Pablo ahora mismo”.