En Brasil, prosiguen las manifestaciones contra la Copa Mundial de Fútbol en todo el país, incluso en medio de los festejos por el reciente triunfo de Brasil en el campo de juego. El lunes, manifestantes marcharon en Porto Alegre, San Pablo y en la capital, Brasilia, para manifestarse contra el inmenso gasto y los desplazamientos ocasionados por el evento. En Fortaleza, obreros de la construcción piden un aumento de salarios, al tiempo que Brasil gasta en torno a 11.500 millones de dólares en la Copa Mundial de Fútbol más cara de la historia. En Río de Janeiro, cientos de personas marcharon, pasando al lado de hinchas que festejaban, para denunciar la violencia de la policía contra los habitantes de las favelas.
Fransergio Goulart expresó: “Esta es una manifestación contra el Mundial y la violencia de estado y la UPP (Unidad de Policía Pacificadora). Vivo en Manguinhos y desde que interviene allí la UPP, cinco personas han sido asesinadas a manos del Estado. Esta idea de que la UPP es pacificadora es una farsa. Vivo en Manguinhos, y los que vivimos en Manguinhos y en las favelas lo sabemos bien. Es una política permanente de control del pueblo. En menos de dos años, en Manguinhos, más de cinco jóvenes han sido asesinados”.