¿La guerra de independencia de EE.UU. fue una revuelta conservadora a favor de la esclavitud?

Reportaje27 de junio de 2014

Mientras Estados Unidos se prepara para celebrar el Día de la Independencia, analizamos por qué el 4 de julio no es un día de celebración para todos. Para los indígenas estadounidenses, puede ser un amargo recordatorio del colonialismo que trajo consigo enfermedades mortales, hegemonía cultural y genocidio. Tampoco la promesa de “vida, libertad y búsqueda de la felicidad” que hacía la nueva república incluía a los afroestadounidenses. Los colonos que declararon su independencia de Gran Bretaña no compartieron la libertad recién conseguida con los millones de africanos que habían capturado y esclavizado. Hablamos con Gerald Horne, que sostiene que la denominada guerra revolucionaria en realidad fue un intento conservador de los colonos estadounidenses para proteger su sistema de esclavitud. Horne es autor de dos libros de reciente publicación, “The Counter-Revolution of 1776: Slave Resistance and the Origins of the United States of America” (La contra revolución de 1776: la resistencia esclava y los orígenes de Estados Unidos de América) y “Race to Revolution: The U.S. and Cuba During Slavery and Jim Crow” (Race to Revolution: EE.UU. y Cuba durante la esclavitud y las leyes Jim Crow).

Transcripción
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AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now!, democracynow.org. El informativo de guerra y paz. Soy Amy Goodman en Chicago con nuestro siguiente invitado. Juan González se encuentra en Nueva York.

JUAN GONZÁLEZ: Bueno, el próximo fin de semana Estados Unidos celebra el 4 de Julio, el día en el que las colonias americanas declararon su independencia de Inglaterra en 1776. Mientras que muchos estadounidenses cuelgan banderas, participan en desfiles y miran fuegos artificiales, el Día de la Independencia no es un motivo de celebración para todos. Para los nativos americanos, es un amargo recordatorio más del colonialismo que trajo enfermedades mortales, hegemonía cultural y genocidio. Tampoco la promesa de la nueva república de vida, libertad y búsqueda de la felicidad se extendió a los afroestadounidenses. Como dice nuestro próximo invitado, los colonos blancos que declararon su libertad de la corona no compartieron su recién fundada liberación con los millones de africanos que habían capturado y forzado a la esclavitud.

AMY GOODMAN: El profesor Gerald Horne sostiene que la llamada Guerra de Independencia fue en realidad una contrarrevolución, en parte, no un paso hacia adelante para la humanidad, sino un esfuerzo conservador de los colonialistas americanos de proteger su sistema de esclavitud. Para hablar más sobre esto, el profesor Horne se reunió con nosotros aquí en nuestro estudio de Chicago. Él es el autor de dos libros nuevos: “La Contra-Revolución de 1776: la resistencia de los esclavos y los orígenes de Estados Unidos de América” y otro libro nuevo, recientemente publicado, “La raza y el camino a la revolución: EE.UU. y Cuba durante la esclavitud y las leyes Jim Crow”. El Profesor Horne enseña historia y estudios afroamericanos en la Universidad de Houston. Bienvenido a Democracy Now! Es estupendo tenerlo con nosotros. A medida que avanzamos en esta semana al Día de la Independencia, ¿qué debemos entender acerca de la fundación de Estados Unidos?

GERALD HORNE: Debemos entender que el 4 de julio de 1776, en muchos sentidos, representa una contrarrevolución. Es decir que lo que ayudó a propiciar el 4 de julio de 1776, fue la percepción entre los colonos europeos en la América del Norte continental de que Londres se estaba moviendo rápidamente hacia la abolición. Esta percepción fue motivada por el caso de Somerset, un caso decidido en Londres en junio de 1772 que parecía sugerir que la abolición, que no sólo iba a ser ratificada en el mismo Londres, sino que iba a cruzar el Atlántico y básicamente atravesar todo el continente, poniendo así en peligro numerosas fortunas, no sólo basadas en la esclavitud, sino también en el comercio de esclavos. Esa es la respuesta corta. La respuesta larga implicaría revisar otra revolución- es decir, la llamada Revolución Gloriosa en Inglaterra en 1688, que, entre otras cosas, supuso un paso atrás del monarca- para el monarca, el rey, y un paso adelante para la ascendente clase de comerciantes. Esto llevó a una desregulación del comercio de esclavos africanos. Es decir, la Real Compañía Africana hasta ese momento había controlado el comercio de esclavos, pero con el aumento de poder de la clase mercantil, este comercio de esclavos fue desregulado, lo que llevó a lo que yo llamo el libre comercio de los africanos. Es decir, los comerciantes descendieron sobre el continente africano deteniendo y esposando a todos los africanos a la vista, con la energía de abejas dementes y locas, arrastrándolos a través del Atlántico, especialmente hacia el Caribe y la América del Norte continental. Esto fue motivado por el hecho de que la rentabilidad del comercio de esclavos era grandísima, a veces hasta del 1.600 o 1.700 por ciento. Y como usted sabe, hay quienes aún hoy en día venderían a su primogénito por un rédito tal. Esto, por un lado, ayudó a impulsar las fuerzas productivas tanto en el Caribe, como en el continente pero dio lugar a numerosas sublevaciones de esclavos, sobre todo en el Caribe, pero también en el continente, lo que preocupó a los continentales cuando comenzaron los pasos tentativos en Londres hacia la abolición.

JUAN GONZÁLEZ: Gerald Horne, una de las cosas que me llamó la atención de su libro es, no sólo su tesis principal, de que esto es en gran parte una contrarrevolución, la guerra de independencia de Estados Unidos, sino que usted también establece un vínculo estrecho entre lo que sucedía en las colonias caribeñas de Inglaterra, y en Estados Unidos, no sólo en lo que refiere a los esclavos en ambas regiones, sino también con respecto a la población blanca. Y, de hecho, usted indica que un buen número de aquellos que terminaron impulsando, aquí en Estados Unidos, la Revolución Americana habían sido en realidad refugiados de las batallas entre blancos y esclavos en el Caribe. ¿Podría explicar este tema en detalle?

GERALD HORNE: Es bien sabido que, hasta mediados del siglo XVII, Londres consideró que las colonias del Caribe- Jamaica, Barbados, Antigua, en particular- eran en algunos aspectos más valiosas que las colonias continentales. El problema era que en las colonias del Caribe los africanos superaban en número a los colonos europeos, algunas veces en una proporción de 20 a uno, lo que facilitó las sublevaciones de esclavos. Hubo grandes sublevaciones de esclavos en Antigua, por ejemplo, en 1709 y 1736. Los cimarrones, es decir, los africanos que habían escapado de la jurisdicción de Londres en Jamaica- habían desafiado la corona muy duramente. Esto llevó, como su pregunta lo sugiere, a que muchos colonos europeos en el Caribe hicieron el gran viaje hacia el continente, después de ser echados del Caribe por los africanos enfurecidos. Por ejemplo, yo llevé a cabo la investigación para este libro en Newport, Rhode Island, en la biblioteca principal que hay, hasta el día de hoy, que lleva el nombre de Abraham Redwood, quien huyó de Antigua después de la sublevación de esclavos de 1736 porque muchos de sus, y cito, “africanos”, participaron en la sublevación de esclavos. Y él huyó atemorizado y estableció la biblioteca principal de Newport, hasta el día de hoy, y básicamente ayudó a establecer esa ciudad de la costa atlántica. Por lo tanto, existe una estrecha conexión entre lo que estaba ocurriendo en el Caribe y lo que estaba ocurriendo en el continente. Y los historiadores tienen que reconocer que a pesar de que estas colonias no eran necesariamente un proyecto unificado, existían conexiones estrechas e íntimas entre ellas.

AMY GOODMAN: Entonces. ¿Por qué es tan distinta la manera como la gente en Estados Unidos habla sobre el mito fundacional de Estados Unidos- y no estoy hablando de los indígenas, de las personas nativas, y esta historia que usted ha investigado?

GERALD HORNE: Bueno, es justo afirmar que Estados Unidos fue un santuario para los europeos. De hecho, creo que parte del, cito, “ingenio”, del proyecto de EE.UU., si había algún ingenio, fue el hecho que los fundadores de Estados Unidos básicamente llamaron a una tregua formal, a un alto al fuego formal, en la guerra religiosa que había estado atormentando a Europa por muchas décadas y siglos- es decir, la llamada, Londres protestante, versus la Madrid católica y la Francia católica. Lo que los colonos en la parte continental de América del Norte hicieron fue llamar a una tregua formal con respecto a los conflictos religiosos, pero luego abrieron un nuevo frente en relación a la raza- o sea, de europeos contra no-europeos. Esto, a la vez, fortaleció los cimientos del proyecto de los colonos. Es decir, recurrieron a aquellos que fueron definidos como blancos, que tenían raíces que iban desde el Atlántico hasta los montes Urales, y de hecho, incluso hasta el mundo árabe, si nos fijamos en tipos como Ralph Nader y Marlo Thomas, por ejemplo, cuyas raíces están en el Líbano, pero que se consideran como, y cito, “blancos”. Esto, obviamente, amplió la base de la población para el proyecto de los colonos. Y debido a que muchos derechos fueron reconocidos a estos nuevos blancos acuñados, obviamente esto contribuyó a que muchos de ellos se sintieran en deuda con el país que emergió a continuación, Estados Unidos de América, mientras que aquellos que no clasificamos como blancos, nos tocó el extremo corto de la vara, como dice la expresión.

JUAN GONZÁLEZ: Y, Gerald Horne, como consecuencia de ello, durante la Revolución Americana, ¿cuál fue la percepción o la actitud de los esclavos africanos en EE.UU. frente a este conflicto? Se sabe que durante los tiempos de la colonia, muchos esclavos preferían huir a las colonias españolas o a las colonias francesas, en lugar de permanecer en las colonias americanas de Inglaterra.

GERALD HORNE: Correcto. El hecho es que, España había estado armando a los africanos desde el año 1500. Y, en efecto, porque España estaba armando a africanos para luego liberarlos en las colonias del continente, en particular en Carolina del Sur, esto ejerció presión sobre Londres para actuar de manera similar. El problema era que, los colonos del continente se habían embarcado en un proyecto y un modelo de desarrollo que era incompatible con armar a los africanos. De hecho, su proyecto radicó en esclavizar y esposar a todo africano que estuviera a la vista. Esto profundizó la división entre las colonias y la metrópoli- es decir, Londres- contribuyendo así a fomentar una sublevación contra el dominio británico en 1776. Es bien sabido que más africanos lucharon junto a las Casacas Rojas- con las Casacas Rojas, que los que lucharon con los colonos. Y esto es entendible, porque si lo piensa por más de un nanosegundo, no tiene mucho sentido para los esclavos luchar del mismo lado que sus dueños, para que después los amos esclavistas pudieran profundizar la persecución de los esclavos y, de hecho, como ocurrió después de 1776, traer más africanos al continente, traer más africanos a Cuba, traer más africanos a Brasil, para su beneficio.

AMY GOODMAN: Estamos hablando con el historiador Gerald Horne. Es autor de dos nuevos libros. Estamos hablando de “La Contra-Revolución de 1776”. cuyo subtítulo es “la resistencia de los esclavos y los orígenes de Estados Unidos de América”. Su último libro que acaba de salir, se llama “La raza y el camino a la revolución: EE.UU. y Cuba durante la esclavitud y las leyes Jim Crow” Él es profesor de historia y estudios afroamericanos de la Universidad de Houston. Cuando regresemos, vamos a hablar de ese segundo libro sobre Cuba. Quédense con nosotros.

[Corte]

AMY GOODMAN: “Slavery Days” de Burning Spear, aquí en Democracy Now! democracynow.org, La informe de Guerra y Paz. Soy Amy Goodman en Chicago, con Juan González que se encuentra en Nueva York. Antes de hablar sobre el libro de la esclavitud, Quiero referirme a las declaraciones del presidente Obama en la celebración del 4 de julio en la Casa Blanca el año pasado. Así es como el presidente Obama describió lo que sucedió en 1776.

PRESIDENTE BARACK OBAMA: El 4 de julio, 1776, un pequeño grupo de patriotas declaró que éramos un pueblo de iguales, libres para pensar y adorar y vivir como nos plazca, que nuestro destino no estaba determinado, que sería forjado por nosotros mismos. Y fue audaz, y fue valiente. Y no tuvo precedentes. Era impensable. En ese momento de la historia humana, eran reyes y príncipes y emperadores los que tomaban las decisiones. Pero los patriotas sabían que había una mejor manera de hacer las cosas, que la libertad era posible, y que para lograr su libertad, estarían dispuestos a dar sus vidas, sus fortunas y su honor. Y por eso lucharon en la revolución. Y pocos habrían apostado por su victoria. Pero por primera vez, de las muchas que vendrían, Estados Unidos demostró que los escépticos estaban equivocados. Y ahora, 237 años más tarde, este experimento improbable de democracia, Estados Unidos de América, se erige como la nación más grande en la Tierra.

JUAN GONZÁLEZ: Ese fue el presidente Obama hablando sobre el significado del 4 de julio. Gerald Horne, su libro, “La Contra-Revolución de 1776”, refuta directamente esto, como usted mismo lo llama, el mito de la creación. ¿Podría hablarnos de eso?

GERALD HORNE: Bueno, con todo respeto al presidente Obama, creo que él representa, en esos comentarios que usted acaba de citar, la opinión de consenso. Es decir que, por una parte, no hay duda de que 1776 representó un paso adelante con relación al triunfo sobre la monarquía. El problema con 1776 fue que logró establecer lo que llamo el primer estado del apartheid. Es decir, los derechos a los que el Sr. Obama se refiere se otorgan sólo a aquellos que se definen como blancos. En esa medida, yo sostengo en el libro que 1776 fue análogo a la declaración unilateral de independencia del país entonces conocido como Rhodesia del Sur, ahora Zimbabwe, en noviembre de 1965. DUI, la Declaración Unilateral de Independencia, fue un intento para impedir la descolonización. 1776, en muchos aspectos, fue un intento para impedir la abolición de la esclavitud. Ese intento tuvo éxito hasta que el experimento estalló en 1861 con la Guerra Civil de EE.UU., el conflicto más sangriento, en el que Estados Unidos se haya involucrado hasta el día de hoy.

AMY GOODMAN: Entonces, Gerald Horne, ¿De qué manera esta historia, esto que usted llama contrarrevolución, encaja con su último libro, “La raza y el camino a la revolución: EE.UU. y Cuba durante la esclavitud y las leyes Jim Crow”?

GERALD HORNE: Bueno, hay una cierta coherencia entre los dos libros. Tenga en cuenta que en 1762 Gran Bretaña tomó temporalmente por la fuerza a Cuba de España. Y una de las regulaciones que Gran Bretaña impuso indignó a los colonos, como argumento en ambos libros. Lo que sucedió fue que Gran Bretaña trató de regular el comercio de esclavos, y los colonos en la parte continental de América del Norte querían desregular el comercio de esclavos, para traer a más africanos. Lo que pasa es que ese fue uno de los puntos de la discordia que detonó una revuelta en contra el dominio británico en 1776. En el libro de Cuba afirmo que una de las muchas razones por las que Cuba tiene tantas personas negras es a causa de la energía frenética de los comerciantes de esclavos de Estados Unidos y de los traficantes de esclavos, sobre todo en la cuenca del río Congo para arrastrar a los africanos a través del Atlántico. Del mismo modo, había argumentado en un libro anterior sobre el comercio de esclavos africanos a Brasil que una de las muchas razones por las que hay tantas personas de raza negra en Brasil, más que en cualquier otro lugar fuera de Nigeria, es, una vez más, debido a la energía frenética de los traficantes de esclavos de Estados Unidos y los traficantes de esclavos, que fueron a Angola, en particular, y arrastraron a los africanos por el océano Atlántico hasta Brasil. Me parece que es muy difícil reconciliar el mito de la creación como un gran salto hacia adelante para la humanidad cuando, después de 1776 y de la fundación de Estados Unidos de América, Estados Unidos despojó a Gran Bretaña del control del comercio de esclavos africanos. Gran Bretaña se convierte en el policía de turno tratando de detener y de disuadir a los comerciantes de esclavos de Estados Unidos y los traficantes de esclavos. Me parece que si se trataba de un paso adelante para la humanidad, desde luego, que no fue un paso adelante para los africanos, que, la última vez que miré, comprenden un porcentaje importante de la humanidad.

JUAN GONZÁLEZ: Gerald Horne, en otras palabras, usted explica que la presencia de empresas estadounidenses en el comercio de esclavos en Brasil y Cuba, en ese libro y también en su otro libro “La Contra-Revolución de 1776”, usted elabora ese mismo punto, que la esclavitud no era sólo un tema de interés en el Sur para los dueños de las plantaciones del Sur, sino también para el Norte, los bancos, los seguros, los comerciantes, las empresas de transporte estuvieron todos también involucrados en la trata de esclavos.

GERALD HORNE: Bueno, Juan, como usted bien sabe, La ciudad de Nueva York era una ciudadela de trata de esclavos africanos, incluso después de la abolición oficial del papel de EE.UU. en el comercio de esclavos africanos en 1808. Rhode Island era también un centro para el comercio de esclavos africanos. Lo mismo ocurrió con Massachusetts. En parte la unidad entre el Norte y el Sur radicaba que en el Norte era donde estaba la financiación del comercio de esclavos africanos, y fue en el Sur donde se mantenía a los africanos almacenados. Eso ayuda a socavar, en cierto grado, la noción simplista de que el Norte era abolicionista y el Sur favorecía la esclavitud.

AMY GOODMAN: Gerald Horne, ¿que fue lo que más le sorprendió de su investigación sobre Cuba, la esclavitud en EE.UU. y Jim Crow?

GERALD HORNE: Bueno, lo que más me sorprendió en lo que respecta a estos dos proyectos fue la inquietud, la rebeldía de los africanos involucrados. Es bien sabido que los africanos en el Caribe estuvieron muy involucrados en varias conspiraciones para exterminar, para liquidar, para abolir, con la fuerza de las armas y la violencia, la institución de la esclavitud. Por desgracia, creo que los historiadores del norte de América han tendido a restarle importancia a los movimientos de los africanos, y creo que esto ha ocasionado un perjuicio contra los descendientes de los esclavos africanos del continente. Es decir que, como la resistencia de los afroestadounidenses ha sido minimizada, eso conlleva a que muchos afroamericanos en el día de hoy creen que A) Sus antepasados ​​eran estúpidos, es decir, que lucharon junto a sus dueños por la libertad de los esclavistas y para que los persiguieran aún mas a ellos- o, B) que eran un cero a la izquierda, es decir, que se quedaron en el banquillo mientras su destino se estaba decidiendo. Creo que ambos libros tratan de refutar esas nociones tan desafortunadas.

AMY GOODMAN: Así que, a medida que nos acercamos al fin de semana al Día de la Independencia, el próximo fin de semana, ¿cuál es tu mensaje para la gente en Estados Unidos?

GERALD HORNE: Lo que le digo a las personas en Estados Unidos es que se ha demostrado que ustedes pueden ser muy críticos con lo que ustedes creen que es un proceso revolucionario. Ustedes tiene un sin número de académicos e intelectuales que se ganan la vida criticando la Revolución Cubana de 1959, criticando la Revolución Rusa de 1917, criticando la Revolución Francesa del siglo XVII, pero todavía tenemos la impresión de que lo que pasó en 1776 fue todo lo contrario lo cual es poco probable, por todo lo que acabo de explicar en términos de cómo la situación de la población africana esclavizada empeoró en 1776, por no hablar de la liquidación que ocurrió posteriormente contra las organizaciones políticas nativo americanas como resultado de 1776. Creo que necesitamos presentar de forma más equilibrada la fundación de los Estados Unidos de América, y creo que no hay otro momento más oportuno para comenzar que la semana que viene con el 4 julio de 2014.

AMY GOODMAN: Bueno, Gerald Horne, Quiero darle las gracias por estar con nosotros. El historiador Gerald Horne es autor de dos libros nuevos: “La Contra-Revolución de 1776: la resistencia de los esclavos y los orígenes de Estados Unidos de América” así como “La raza y el camino a la revolución: EE.UU. y Cuba durante la esclavitud y las leyes Jim Crow”. Él es un profesor de historia y estudios afroamericanos en la Universidad de Houston. Así termina nuestra transmisión. Feliz cumpleaños a Jon Randolph. Democracy Now! tiene dos ofertas de trabajo–un director administrativo, y un administrador de sistemas Linux–así como las pasantías de otoño. Visita democracynow.org / jobs para más información.

Traducido por Pablo Medina y Clara Ibarra. Editado por Camila Osorio, Igor Moreno y Democracy Now! en Español

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