El gobierno de Barack Obama procura contener la violenta reacción del Congreso sobre el intercambio de prisioneros que obtuvo la liberación del soldado estadounidense Bowe Bergdahl por cinco líderes talibanes. El miércoles, altos funcionarios de inteligencia y militares realizaron una reunión informativa a puertas cerradas para todo el Senado, mostrando un video reciente de Bergdahl con un estado de salud deteriorado. El gobierno afirma que el video contribuyó a incitar la acción para obtener su libertad ante el temor de que su vida corría peligro. Los opositores al acuerdo sostienen que la Casa Blanca no dio el aviso apropiado al Congreso, y puede haber puesto en peligro vidas estadounidenses al fomentar la captura de soldados estadounidenses. La crítica se ha disparado tras la noticia difundida por los medios de comunicación de derecha de que Bergdahl pudo haber dejado su base tras volverse contrario a la guerra. El miércoles, el Presidente de la mayoría del Senado, Harry Reid, defendió el intercambio de prisioneros.
Reid expresó: “El Presidente Obama, como comandante en jefe, actuó honorablemente al ayudar a un soldado estadounidense a regresar a casa con su familia. La liberación del sargento Bergdahl es una respuesta a muchas oraciones del pueblo estadounidense. No me puedo imaginar lo aliviados que se deben sentir sus padres y familiares. Desafortunadamente, señor Presidente, los opositores del Presidente Obama han tomado la liberación de un prisionero de guerra estadounidense, que es lo que era, usando lo que debería ser un momento de unidad y celebración para nuestro país, como una oportunidad de jugar juegos políticos”.
Mientras tanto en Hailey, Idaho, la ciudad natal del sargento Bergdahl, se ha cancelado la celebración por su liberación, alegando motivos de seguridad pública. En los últimos días, Hailey sufrió una inundación de llamadas telefónicas y correos electrónicos furiosos por el apoyo de la ciudad hacia el soldado.