Una investigación del periódico New York Times reveló que los ataques brutales por parte de funcionarios del sistema carcelario contra los reclusos son “sucesos comunes” en la Prisión de la Isla de Rikers en Nueva York. Un estudio interno secreto, llevado a cabo por el departamento de salud de la ciudad, al cual accedió el mencionado periódico, establece que en un período de once meses, 129 reclusos de Rikers sufrieron “heridas graves” provocadas por el personal penitenciario. En un 77% de los casos, el recluso padecía una enfermedad mental. En un caso, funcionarios de la prisión intervinieron cuando un recluso intentó colgarse a sí mismo, lo obligaron a acostarse boca abajo en el piso y lo golpearon con tanta fuerza que sufrió una perforación intestinal que le implicó ser sometido a cirugía de emergencia. Otro recluso, Andre Lane, dijo al periódico que fue golpeado de tal manera que casi le provocan la muerte.
Lane relató: “Un funcionario tomó una piña americana y se la colocó, simplemente comenzó a golpearme, bam, bam. Y fue ahí que empecé a sentirme mareado, más y más mareado”.
Ni uno de los guardias involucrados en ninguno de los 129 casos documentados ha sido procesado. A grandes rasgos, Rikers alberga actualmente a la misma cantidad de personas con enfermedades mentales que todos los 24 hospitales psiquiátricos del estado Nueva York juntos. En democracynow.org se puede acceder a la entrevista que mantuvimos con la activista del movimiento “Occupy Wall Street” Cecily McMillan, respecto a las condiciones de reclusión en Rikers durante los dos meses en que estuvo presa allí.