Antes de que comenzara el ataque por tierra, Naciones Unidas ya había advertido que 900.000 personas en Gaza se habían quedado sin agua corriente debido a los daños causados por los bombardeos aéreos de Israel. Poco después de que Israel lanzara la ofensiva terrestre, el Secretario General de la ONU Ban ki-Moon condenó el agravamiento del conflicto.
Ban ki-Moon expresó: “En las últimas 24 horas se produjo una serie de incidentes relacionados con las muertes de civiles, entre ellos la horrenda matanza de cuatro niños en una playa de la ciudad de Gaza. Insto a Israel a hacer mucho más para detener las muertes de civiles. No puede haber una solución militar para este conflicto”.