La pena de muerte en el sistema estadounidense enfrenta nuevas críticas hoy, tras haberse producido otra ejecución fallida. El miércoles, Arizona necesitó casi dos horas para ejecutar a Jospeh Wood, condenado a muerte por un doble asesinato. Wood jadeó en procura de aire, se asfixió y resopló luego de que se le inyectara una combinación de dos fármacos que relativamente no habían sido probados y habían sido utilizados únicamente en una oportunidad anterior, en una ejecución de 26 minutos de duración llevada a cabo en Ohio este año. Wood fue ejecutado luego de que la Corte Suprema anulara el fallo de un tribunal inferior, que había puesto en suspenso la ejecución. El Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito de Estados Unidos se había expedido a favor de la solicitud presentada por Wood para que Arizona revelara los métodos de su inyección letal y la fuente de los fármacos utilizados. La ejecución de Wood fue la quinta efectuada desde la ejecución fallida del recluso de Oklahoma Clayton Lockett llevada a cabo el pasado mes de abril. En un comunicado, la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles manifestó: “En su apuro por llevar a la muerte al Sr. Wood en secreto, Arizona ignoró las terribles y claras advertencias provenientes de las ejecuciones fallidas de Oklahoma y Ohio. Es hora de que Arizona y otros estados que aún utilizan la inyección letal admitan que este experimento con fármacos poco confiables es un fracaso”.
Inyección letal fallida mata a recluso de Arizona luego de dos horas
Titular24 Jul. 2014