Rusia ha enviado un convoy de ayuda humanitaria a la ciudad de Luhansk, en el este de Ucrania, que está controlada por los rebeldes. El combate entre las fuerzas ucranianas y los separatistas pro-rusos ha provocado que los habitantes se quedaran sin electricidad ni agua corriente durante varios días. La Cruz Roja debía coordinar el esfuerzo de ayuda, pero sostuvo que Rusia parece haberse adelantado. La medida ha aumentado los temores de una intervención directa de Rusia en la región, donde Ucrania afirma que hay 45.000 soldados rusos concentrados en la frontera. El lunes, el Secretario General de la OTAN Anders Fogh Rasmussen afirmó que la intervención rusa parecía probable.
Anders Fogh Rasmussen declaró: “Es muy probable. Vemos que los rusos están elaborando un discurso y una excusa para realizar una operación de ese tipo disfrazada de operación humanitaria y vemos que hay un aumento de presencia militar que podría utilizarse para llevar a cabo operaciones militares ilegales en Ucrania”.