En Los Ángeles, los habitantes se han movilizado por el caso de Omar Abrego, quien según testigos fue golpeado por la policía durante diez minutos antes de morir, y de Ezell Ford, cuya familia afirma que estaba desarmado y yacía en el suelo cuando la policía le disparó y lo mató. Los habitantes marcharon el jueves en Los Ángeles como parte del “Día nacional de ira” contra la brutalidad policial y en solidaridad con Ferguson.
Troy Isaac declaró: “Porque los policías que están matando a nuestra gente que no tiene armas, que son ilegales, deberían ir a prisión igual que cualquier otra persona. Y no es justo que ellos no estén presos mientras nosotros estamos aquí protestando. Deberían estar en la cárcel”.